tecuilhuitontli

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  • 8/17/2019 Tecuilhuitontli

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    Andrea Azpeitia

    Tecuilhuituntli fiesta menor de los señores)

    Huixtocihuatl diosa)

    Historia general de las cosas de Nueva España por el Fray Bernardino de Sahagún. Libro dos

    Al séptimo mes lo llamaban Tecuilhuituntli, en este mes hacían fiestas y sacrificios a la diosa de la sal quellamaban Huixtocioatl, diosa de los que hacen sal, decían que era hermana del dios de la lluvia, y por cierta

    desgracia, a ella la persiguieron y la desterraron a las aguas saladas, donde invento la sal de la manera que ahora

    se hace, con tinajas y con amontonar la tierra salada. Por esta invención la honraban y adoraban los que tratan

    en sal.

    Los atavíos de esta diosa eran de color amarillo y una mitra con mucho plumaje verde, que salían de ella

    como penacho alto, tenía en las orejas oro muy fino, y muy resplandeciente como flores de calabaza. Tenía el

    huipil labrado con olas de agua, estaba bordado con unos chalchihuites pintados. Tenía las naoas (enaguas),

    labradas de la misma obra del huipil. Tenía en las cargantas de los pies atados cascabeles de oro o caracolitos

    blancos, estaban enjeridos en una tira de cuero de tigre: cuando andaba hacían sonido. Los cactles que llevaba

    eran tejidos con hilo de algodón: y los botones de los cactles también eran de algodón; y las cuerdas con que se

    ataban también eran de algodón flojo. Tenía un aro de la pintada, con unas hojas anchas de la hierba que se

    llama Atlacuecona, tenía la rodela colgando. Unos capacejos de pluma de papagayo, con flores en los cabos,

    hechas de pluma de águila, tenía un flocajura hecha de pluma pegada de quetzal, también plumas del ave que

    se llama caquan y otras plumas del ave que se llama: teuxolotl. Cuando iba bailando con estos aderezos, iba

    campeando la rodela, llevaba en la mano un bastón rollizo y en lo alto con un palmo o dos, ancho como paleta,

    adornado con papeles, goteados con ulli, tres flores hechas de papel, iban llenas de incienso, unas plumas de

    quetzalli, cruzadas o aspadas: cuando bailaba en el areito, iba arrimando al bastón, y alcanzándolo al compás del

    baile.

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    La vigilia de esta fiesta, cantaban y danzaban, todas las mujeres viejas y muchachas, y van asidas de unas

    cuerdas amarradas a las manos. Estas cuerdas se llamaban Sochimecatl, llevaban todas guirnaldas de ajenjos de

    esta tierra que se llama: iztahuatl. Jugaban los viejos y reían al canto. En medio de las muchachas, iba la mujer

    que era la imagen de la diosa que se celebraba en esta fiesta y que había de morir aderezada con ricos

    ornamentos. La noche antes de la fiesta: velaban las mujeres con la que había de morir, y cantaban y danzaban

    toda la noche. En la mañana se arreglaban todos los sátrapas y hacían un ajeytu muy solemne. Todos los que

    estaban presentes tenían en la mano flores que se llaman: cempoalsochtli, así bailando llevaban muchos cautivos

    al altar de Tlaloc y con ellos a la mujer que había de morir, que era la representación de la diosa Huixtocioatl,allí mataban primero a los cautivos y después a ella. Otras muchas ceremonias se hacían en esta fiesta, y también

    gran borrachera. Diez días continuados bailaba en el areito, con mujeres que también bailaban y cantaban por

    alegrarla: eran todas las que hacían sal, viejas, mozas y muchachas. Iban todas estas mujeres son las que iban

    amarraadas por una cuerda. Llevaban guirnaldas en la cabeza, hechas de la hierba que se llama iztauhiatl, que es

    casi como ajenjos de castilla. La que iba compuesta con los atavíos de la diosa, y que había de morir iba en medio

    de todas, y delante de ella iba un viejo que llevaba en las manos un plumaje muy hermoso, hecho a manera de

    manga de cruz, se llamaba este plumaje: vixtopetlacotl (huixtopetlacotl).

    Este cantar comenzaba de sobretarde, y llegaban hasta la media noche cantando, todos estos diez días.

    La mujer que iba a morir, bailaba y cantaba con las demás mujeres. Pasados los diez días, toda una noche entera

    bailaba y cantaba aquella que había de morir, sin dormir ni reposar, y la traían de los brazos unas viejas, y todasbailaban en esta noche. También bailaban y velaban los esclavos que habían de morir delante de ella. Las sátrapas

    se arreglaban, ellos habían de matar a esta mujer que la llamaban como a la diosa Huixtocioatl y a los cautivos, a

    los cuales llamaban huixtoti. También iban compuestos con los ornamentos conforme a la fiesta, con sus papeles

    de pescuezo; y en la cabeza llevaban unos plumajes acuestas, hechos a manera de un pie de águila, con toda su

    pierna y plumas, hecho todo de pluma, puesto en un cacaxtli, agujerado en diversas partes: y en estos agujeros

    iban hincados plumajes; llevaban ceñido, con unas vendas de manta coloradas de la anchura de dos manos. El

    pie del águila llevaba la uñas, hacia arriba, el muslo hacia abajo, entre las uñas en medio del pie estaba agujerado,

    y en aquel agujero, iba metido un hermoso plumaje. Toda la gente que miraba el areito, tenía en las manos flores

    amarillas, que llamaban cempoalsuchitl: otros tenían la hierba iztauhiatl en las manos, luego subían a la mujer

    que habían de matar, que decían ser imagen de la diosa, a lo alto del templo de Tláloc; y tras ella subían a los

    cautivos, que también habían de morir antes de ella. Estando todos arriba comenzaban a matar a los cautivos,

    después mataban a la mujer, a la postre: a la cual echada de espaldas, sobre el taxón: cinco mancebos la tomaban

    por los pies y por las manos y por la cabeza, y la estiraban: ponían sobre la garganta un palo rollizo al cual tenían

    dos apretándole: para que no pudiese dar voces al tiempo que la abriesen los pechos.

    Otros dicen, que este era un hocico de espadarte, que es un pez marino, que tiene un arma, como

    espada; en el hocico, que tiene colmillos de ambas partes: con este le apretaban la garganta. Según otros el que

    había de matar, con dos manos la daba, con el pedernal, por los pechos: rompiendo el pecho, luego la sangre

    salía con gran ímpetu, porque la tenían muy extendida, y el pecho muy tieso. Y luego metía la mano el mismo

    que la degolló y sacaba el corazón: y luego le ofrecía al sol, y le echaban en una jícara, que estaba por esto

    aparejada, que llamaban chalchiuhxicalli. Cuando se hacia el sacrificio de mujer, tocaban muchas cornetas, y

    caracoles: luego descendían el cuerpo de aquella mujer, y el corazón cubierto con una manta. Acabado de hacer

    esto, que era de mañana, toda la gente que estaba viendo este sacrificio se iba para sus casas. Y todos comían,descansaban y convidaban los unos a los otros: esto es toda la gente que trataba la sal: bebían largamente

    pulque, aunque no se emborrachaban. Pasado este día y venida la noche: algunos que se emborrachaban, reñían

    los unos con los otros, baldonándose los unos con los otros: después de cansados se iban a dormir. Después otro

    día bebían el pulque que les había sobrado. Le llamaban cochuctli: y aquellos que estaban borrachos, la noche

    antes habían reñido con otros, se lo decían estado ya en buen seso, y después de haber dormido: convidaban a

    beber a los que habían maltratado, de obra o de palabra, para que les perdonasen el que mal habían dicho o

    hecho: y los invitados a beber se les quitaba el enojo y perdonaban de buena gana sus injurias.

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    Aquí se acaba la relación de la fiesta, que se llamaba Tecuilhuitontli.

    Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme, Fray Diego Durán. Tomo II

    Séptimo mes del año. Era de 20 días.

    Celebraban en él una fiesta que llama Tecuilhuitontli que quiere decir fiesta pequeña de señores.

    El séptimo mes de este calendario y el día primero de él donde se celebraba la fiesta que llamaban

    Tecuihuiltontli que quiere decir fiestezuela de señores. Caía por nuestro calendario a 29 de Junio, esta fiesta era

    de muy poca soleinidad y sin ceremonias ni comidas ni muertes de hombres, en fin no era más de una

    preparación para la fiesta venidera del mes que viene que será el octavo.

    Llamaban a esta fiesta por otro nombre Tlaxochimaco que quiere decir repartimiento de rosas.

    Le llamaban fiesta de Señorcillos o fiestezuela porque en ella no se celebraba lo que en la grande ytambién porque la efigie y planeta de este día no denotaba cosa grande, mas de gozar de las rosas que en este

    tiempo había. Así veremos en la fiesta y en su pintura una efigie de hombre componiendo rosas a cuya causa le

    pusieron el segundo nombre que es repartimiento de rosas porque la mayor solenidad que se hacía era

    presentarse rosas los unos a los otros y convidarse los unos a los otros y festejarse con comidas curiosas y

    banquetes costosos. Se daban mantas y bragueros y joyas los unos a los otros, uso y costumbre suya hasta el día

    de hoy, todos los señores no salían de sus casas ni entendían de cosa alguna más que estarse sentados en unos

    asientos cercados de rosas, mostrando gravedad y señorío.

    Este día salían todas las concubinas de los señores de las casas y encerramientos donde las tenían y les

    era permitido andar por las calles con guirnaldas de flores en las cabezas y a los cuellos, iban a los lugares

    recreables. Las mancebas de un señor juntándose con las del otro, vestidas todas de muy galanos aderezos y

    camisas de muchas labores. Iban festejando y requebrando muchos de los caballeros y gente principal de la cortellevando ellas sus ayos y amas que miraban por ellas con toda la diligencia del mundo.

    Esto de tener muchas mujeres o mancebas no era permitido a muchos como algunos piensan sino a todos los

    principales de mucha calidad y estima a gente de valor; y no había de tener más de las que pudiese sustentar de

    comer y vestir. Hecho el paseo estas damas, había baile y canto entre ellas y los galanes, acabados se iban cada

    una a su palacio donde eran sujetas.