contemporánea de españa i (cont. i)
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Resumen Historia Contempornea de Espaa I:
LA CONSTRUCCIN DEL ESTADO LIBERAL EN ESPAA I
ndice
1. De la crisis a la quiebra de la monarqua absoluta
1.1 Inicio de la Edad Contempornea
1.2 Causas de la trayectoria accidentada del liberalismo espaol
1.3 Factores explicativos de la quiebra de la monarqua absoluta
1.3.1 Crisis de la monarqua
1.3.2 Crisis de Espaa como potencia colonial
1.3.3 Crisis econmico-social
2. La Guerra de Independencia
2.1 Naturaleza de la guerra
2.2 Fases de la guerra
2.3 El fenmeno de la guerrilla
2.3.1 El caso de la guerrilla gallega
3. El fenmeno del juntismo
3.1 Formacin de la Junta Central
3.2 Valor histrico del juntismo
3.3 Composicin ideolgica de la Junta Central
4. Las Cortes de Cdiz y la Constitucin de 1812
4.1 La obra de las Cortes de Cdiz
4.1.1 La Constitucin de 1812
4.1.2 Las Cortes
4.1.3 La figura del monarca
4.1.4 Nueva ordenacin del territorio
5. De la Restauracin absolutista a la revolucin liberal de 1836
5.1 El Sexenio Absolutista
5.1.1 La toma del poder por Fernando VII
5.1.2 Caractersticas del Sexenio Absolutista
5.2 El Trienio Liberal
5.2.1 Causas de la cada del Trienio Liberal
5.3 La Dcada Ominosa
5.3.1 El incipiente problema de los carlistas
5.4 Muerte de Fernando VII y ascenso de Isabel II
5.4.1 El rgimen del Estatuto Real
5.4.2 Factores que explican el Estatuto Real
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1. De la crisis a la quiebra de la monarqua absoluta
1.1 Inicio de la Edad Contempornea
Existe en el mundo acadmico espaol un consenso generalizado sobre la cuestin del momento
en el que podemos establecer el inicio de la Edad Contempornea espaola. Esa fecha es el ao
1808 por representar el momento justo en el que tienen lugar episodios crticos que derivarn
en una serie de sucesos rupturistas e iniciativas revolucionarias que permitieron empezar el
establecimiento de un rgimen liberal en Espaa. Esos episodios crticos previamente
mencionados son momentos de gran crisis que supusieron momentos histricos rupturistas
como, por ejemplo, la crisis dinstica abierta a finales del siglo XVIII a raz del enfrentamiento
entre Carlos IV y Fernando VII, su hijo, o la ocupacin militar napolenica que terminar
desencadenando en la Guerra de Independencia, de la que hablaremos ms profundamente en
posteriores apndices.
Esa crisis dinstica que comienza en el ao 1806 y termina definitivamente en la abdicacin de
Carlos IV y Fernando VII, su sucesor en el trono, que posibilit que Napolen, el general francs
que se haba entronizado emperador, ejerciese un papel de rbitro entre padre e hijo y
aprovechase el vaco de poder para usurpar la Corona espaola.
Esa ocupacin napolenica result ser otro de los grandes episodios crticos de la Historia
Contempornea espaola aun a pesar de haberse iniciado, la ocupacin, de manera silenciosa. No
obstante, a partir de un momento determinado, el pueblo espaol se levanta en armas contra el
invasor y esa situacin termina desembocando en la Guerra de Independencia, un conflicto entre
el pueblo espaol insurrecto y Napolen, que terminar con la victoria de los espaoles en 1813
tras cinco aos de enfrentamientos con el ejrcito galo.
Continuando con esos acontecimientos rupturistas, uno de los ms importantes es la quiebra
definitiva de la monarqua absoluta espaola a causa del vaco de poder dejado tras la abdicacin
de los Borbones y la impostura de Jos I, el
hermano de Napolen, como nuevo rey e
implantador de una nueva monarqua espaola
de corte reformista. Adems, a pesar de su
restauracin en 1814 tras la derrota de
Napolen, Fernando VII no ser capaz de
reinstaurarse en el trono y regresar al tiempo de
la monarqua absoluta pura, debiendo conceder
y realizar una serie de modificaciones y reformas
que constituirn una monarqua absoluta con
cambios, sin poder hablar tampoco de una
monarqua absoluta reformada.
En lo referente a las iniciativas revolucionarias
que habamos mencionado muy brevemente en los prrafos anteriores, nos referimos a sucesos
que cambiarn la Historia de Espaa. En este momento, nos preocupa en prima instancia la
convocatoria de las Cortes en 1809 y su reunin definitiva en 1810. El hecho de que esa
convocatoria la califiquemos de revolucionaria reside en que no son, por primera vez en la
Fig. 1 Cuadro que conmemora el momento preciso en que se aprueba y
se promulga la Constitucin de Cdiz de 1812, hito del liberalismo espaol.
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Historia de Espaa, Cortes estamentales sino generales, de manera que sus miembros son
elegidos a travs de elecciones generales regidas por un sistema de sufragio universal masculino e
indirecto. Adems, esas Cortes presentaban un carcter extraordinario, reunindose para llevar a
cabo un proceso constituyente que culminar con la redaccin de la Constitucin de Cdiz de
1812, el otro gran episodio revolucionario, de sesgo liberal y que llegar a implantar un rgimen
liberal a todos los niveles, estableciendo la igualdad de todos los hombres ante la ley, la supresin
de los estamentos, la abolicin de los monopolios y seoros, la instauracin de monarqua
parlamentaria acorde a los principios de soberana nacional, gobierno representativo y divisin de
poderes que incluso en Cdiz avanza ms al declararse la supremaca del poder legislativo. En
definitiva, nos encontramos ante un texto constituyente de corte muy progresista para la poca y
que crear un sistema poltico, breve en el tiempo pero clave histricamente por lo que signific
en la Historia Contempornea de Espaa. No obstante, para la definitiva implantacin de un
rgimen liberal en Espaa se ha de esperar unos cuantos aos ms.
1.2 Causas de la trayectoria accidentada del liberalismo espaol
Como indicbamos anteriormente, el rgimen liberal en Espaa tuvo serias dificultades para
consolidarse por diferentes factores que luego analizaremos lo mejor que podamos. Sin duda
alguna, el liberalismo en Espaa vive una trayectoria accidentada, arraigndose social y
polticamente muy lentamente y con muchas dificultades. Aparte, el rgimen liberal que se
proclamar y se consolidar en 1836 se caracterizar por ser la anttesis del primer rgimen
enunciado en Cdiz, establecindose un rgimen muy, muy moderado que apostar por frmulas
polticas mucho ms conservadoras como es el caso de la monarqua constitucional1.
Pero, volviendo a lo que plantebamos al comienzo de este apartado, cules fueron los motivos
que explican lo accidentado y complicado de la trayectoria del liberalismo en Espaa? Segn los
historiadores y diferentes especialistas en el tema se pueden distinguir tres razones
fundamentalmente.
La primera de ellas fue la feroz resistencia de los viejos sectores privilegiados, principalmente dos
de ellos. Por un lado la Iglesia, la que ms resistencia present, y por el otro, la hidalgua
perifrica, la vieja baja nobleza muy afectada por la supresin del sistema seorial, principal
soporte de su vivir econmico. De esta manera, con el establecimiento de un rgimen liberal, que
implic la desaparicin de esos seoros, aquellos hidalgos vieron cmo su nico modo de
supervivencia desapareca y caan, la gran parte de ellos, en la pobreza, de ah su gran resistencia
y animadversin.
Tambin influy notoriamente la actitud cada vez ms conservadora de una burguesa que, una
vez logrado el poder e instalada en l, transform su inicial pensamiento liberal y progresista en
un ideario muy conservador que nicamente se centr en la defensa de sus nuevos privilegios,
adquiriendo este pensamiento conservador no slo la alta burguesa financiera sino tambin la
nueva burguesa que se haba enriquecido con las desamortizaciones y que, una vez ricos y con
poder, se dedicaron a defender su feudo de poder sin permitir una pizca de liberalismo ni
1 Recordemos que en la Constitucin de 1812 se estableca una monarqua parlamentaria cuyos detalles
estudiaremos en el apartado 4.1.
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modernidad. Podramos llegar a decir que sucedi un trasvase de poder entre unas viejas clases
privilegiadas que, progresivamente, fueron perdiendo su poder en pos de esa burguesa que
adopt el rol que hasta aquella haban ejercido los estamentos privilegiados.
Por ltimo, se produjo en estos momentos un pacto tcito entre las viejas y las nuevas lites con
la finalidad de colaborar para instaurar un rgimen poltico conservador y moderado, motivado
por dos razones principales; por un lado, la debilidad de las fuerzas liberales espaolas,
francamente minoritarias, que necesitaron buscar apoyos para establecer un rgimen liberal,
debiendo realizar importantes concesiones ideolgicas a cambio de que esas viejas clases
privilegiadas, que seguan gozando del poder, apoyasen el proyecto poltico liberal. Pero adems,
no debemos subestimar el mero afn de prosperidad nacional y, sobre todo, la bsqueda de un
mtodo fcil y directo para obtener riquezas personales, de ah ese pacto entre las viejas y las
nuevas lites.
1.3 Factores explicativos de la quiebra de la monarqua absoluta
1.3.1 Crisis de la monarqua
Una de las causas principales que provocaron la desmembracin y desaparicin de la monarqua
absoluta como forma de gobierno en la Corona espaola fue la dursima crisis que afect a la
propia monarqua de los Borbones, que a finales del siglo XVIII padeca una crisis sistmica, grave
sino crnica y que afectaba a todos los mbitos de la monarqua y de la vida, destacando
especialmente la existencia de una dursima crisis hacendstica que condicion absolutamente
todo lo dems.
As, nos encontramos con un Tesoro casi quebrado y cuya falta de liquidez se deba al
estancamiento de los ingresos y la duplicacin de los gastos a causa de la poltica britnica de
intervencin en las colonias espaolas, que oblig a Espaa a incrementar los gastos destinados a
la defensa colonial, llevando a cabo una serie de desastrosas empresas militares con las que
Espaa pretenda demostrar que segua jugando un rol destacado en la poltica europea. Alentado
por esta idea, la Corona espaola se ali militarmente con Francia e inici una poltica blica muy
costosa que sec la Hacienda y que no tuvo ningn reflejo prctico debido a lo atrasado del
ejrcito espaol, que cay reiteradamente derrotado frente a la flota inglesa, desapareciendo de
esta manera toda la Armada que hasta aquel momento se haba empleado para defender los
territorios coloniales.
1.3.2 Crisis de Espaa como potencia colonial
Derivado y relacionado con el punto anterior, vive el pas en estos momentos una dura crisis
como potencia colonial cuyos orgenes venan de mucho tiempo atrs, debido a la incapacidad del
ejrcito espaol de recuperar una serie de territorios perdidos en ultramar a lo largo de la dcada
de los aos 90, con la nica excepcin de la isla de Menorca, que s lograron reconquistar a los
ingleses.
Como ya indicamos en el punto anterior, la Corona espaola fue incapaz de defender a las
colonias de los cada vez ms constantes y peligrosos ataques de los britnicos, que incluso
llegaron a acosar con mucha dureza al Virreinato de la Plata, que sobrevivi polticamente dentro
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del Imperio espaol no gracias al podero militar peninsular sino gracias a una serie de
movimientos insurreccionales populares que expulsaron a los ingleses.
Pero es que aparte, Espaa no slo tuvo que hacer frente al otro lado del Atlntico a los ataques
de los ingleses sino que tambin tuvieron que sofocar, o intentarlo al menos, una serie de
movimientos populares violentos, dirigidos por ciertos sectores sociales que se levantaron en
armas contra la Corona por la poltica fiscal opresiva.
1.3.3 Crisis econmico-social
Por ltimo pero no por ello menos importante, el conjunto de Espaa se vio afectado por una
dursima crisis econmica cuyas consecuencias tambin afectaron a la sociedad del momento.
Los orgenes de aquella crisis se rastrean en una serie de fenmenos previos como el
estancamiento econmico que se vena viviendo desde la ltima dcada del siglo XVIII y que se
deba al altsimo crecimiento demogrfico que no casaba con la altsima tasa de desempleo que,
indudablemente, desemboc en un freno en el consumo interior, lo que repercuti en unas
familias cada vez ms pobres por la creciente fiscalidad, coincidiendo todas estas circunstancias
negativas con un perodo climtico nefasto, encadenndose hambrunas, malas cosechas y
epidemias que, a lo largo de cinco aos, diezmaron la poblacin y la
produccin agrcola.
Todas esas crisis coincidieron en el tiempo y desencadenaron en una
situacin de autntica emergencia social, aumentando
peligrosamente la poblacin errante y pobre, aumentando las
rebeliones populares en contra de la fiscalidad, que se negaban a
pagar, e incluso en contra de los diezmos eclesisticos, lo que
demuestra el grado de desesperacin como para llegar a protestar
contra una carga impositiva religiosa fuertemente instalada en un
pas muy religioso. Es perfectamente comprensible que para que un
individuo religioso, como poda ser un espaol decimonnico, se
rebelase contra los diezmos tena que estar en el lmite mismo de la
subsistencia.
Con este panorama tan adverso, la monarqua de Carlos IV comenz
a perder a sus apoyos tradicionales, la Iglesia y la nobleza, y a quedarse sin aquellos pilares que,
desde tiempos inmemorables, haban servido para la construccin y el mantenimiento de la
monarqua absoluta hispnica. Por lo tanto y debido a esa prdida de apoyos, la monarqua entr
en una crisis poltica y dinstica principalmente a raz del rechazo de sus apoyos sociales a dos
medidas impulsadas por los secretarios de la Corona que iban destinadas a la obtencin de
recursos fiscales. Una de esas medidas implicaba un proceso de desamortizacin de las tierras
eclesisticas, algo que despert el rechazo tajante de la Iglesia, mientras que la nobleza dej de
apoyar a Carlos IV en el momento en que ste propuso la desaparicin de las viejas exenciones
fiscales. Si a esta prdida de los grandes apoyos se les suma los levantamientos populares y la
extrema pobreza de la gente y de la Hacienda Real, se explica el rpido deterioro de una
monarqua absoluta que jams se pudo recuperar.
2. La Guerra de Independencia
Fig. 2 Retrato de Carlos IV.
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2.1 Naturaleza de la guerra
A lo largo del siglo XIX la Guerra de Independencia espaola fue promovida y defendida, por la
misma monarqua, como una guerra popular, esto es, un levantamiento espontneo del pueblo
con la finalidad de que los Borbones, sus monarcas, regresasen y ocupasen de nuevo el trono. De
esta manera y con esta forma de entender el
conflicto, se comprendera la guerra desde una
perspectiva claramente propagandstica, buscndose
reforzar la legitimidad de la monarqua a travs de esa
idea de la Guerra de Independencia como un apoyo
del pueblo a la dinasta reinante. De hecho, fue tal la
campaa de propaganda que los monarcas
impulsaron que hasta llegaron a fomentar la escritura
de Historias oficiales en las que apareca reflejada esta
idea del levantamiento popular como una expresin
del amor incondicional del pueblo a sus soberanos.
Sin embargo, los historiadores actuales han matizado
esa concepcin popular de la guerra, que tampoco
rechazan ya que es innegable. No obstante, han
desmontado ciertas teoras falsas como el hecho de
que el inicio de la guerra no fue ni tan inmediato ni tan espontneo, rechazndose la idea del 2 de
Mayo de 1808 como punto de inicio del conflicto armado. S, es cierto que fue un acto simblico
que agrand la mecha de la insurreccin pero es falso que hubiese sido el pistoletazo real puesto
que apenas tuvo eco, debiendo esperar un mes para que las insurrecciones populares se
expandiesen y generalizasen por todo el pas. Adems, se debe tener en cuenta y nunca ocultar el
hecho de que varios de estos levantamientos fueron pagados de manera que tampoco podemos
hablar de levantamientos populares voluntarios ya que, en ciertos lugares, habran sido
contratados por algunos notables para levantarse en armas contra los franceses.
Aparte, los motivos que desencadenaron en los motines fueron muy diversos y variables en
funcin de la ciudad o del territorio. No es falso que no hubiera habido motines a favor de la
vuelta de Fernando VII pero otros muchos motines populares estuvieron alentados por la mera
desesperacin econmica popular e incluso algunas de estas insurrecciones surgieron siguiendo
una tradicin insurreccional que se remontaba unos aos atrs y que consistan en motines
populares contra la figura de Godoy, considerndose al favorito de Carlos IV y a los franceses
como las dos caras de una misma moneda. Por lo tanto, no podemos hablar de unos motines
nicamente inspirados por el ansia del pueblo por reinstaurar en el trono a Fernando VII.
Aparte, el alcance territorial de los levantamientos inicialmente fue bastante limitado,
circunscribindose bsicamente a las ciudades, especialmente a aqullas que albergaban
funciones administrativas, como fue el caso de A Corua.
No obstante y a pesar de las limitaciones que hemos indicado anteriormente, es innegable la
dimensin popular del conflicto, ejerciendo un papel clave ese pueblo espaol que ser el
primero en conseguir las primeras victorias efectivas contra los franceses, como fue la derrota
Fig. 3 Clsico leo de Goya en el que refleja el levantamiento
popular del pueblo de Madrid el 2 de Mayo, considerado tradicionalmente como el pistoletazo de salida de la Guerra de
Independencia.
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francesa en Girona o en Valencia, ciudades que resistirn en manos espaolas gracias a la
voluntad y a la fuerza popular, no as al papel jugado por un ejrcito espaol que, para lograr la
gran parte de sus victorias sobre los invasores, debi colaborar con el pueblo para propiciar una
serie de victorias como, por ejemplo, la batalla de Bailn, en julio de 1808, un hito importante al
obligar a los franceses a retroceder hasta el Ebro, rompindose por primera vez esa imagen de
invencibilidad que los ejrcitos napolenicos se haban labrado en Europa, siendo los espaoles
los primeros en derrotar a un ejrcito de Napolen.
Pero no debemos nicamente ensalzar el valor del pueblo y del ejrcito espaol como factores
explicativos de esas primeras victorias sobre los franceses, debiendo tener en cuenta los errores
de clculo cometidos por un Napolen que haba considerado que la toma de Espaa sera un
autntico paseo, sin encontrarse ningn tipo de resistencia. Que por qu pensaba eso? pues por
una serie de circunstancias que el emperador francs haba tenido en cuenta para el diseo y
planteamiento de la invasin de la Pennsula Ibrica. De esta manera, Napolen tuvo en cuenta la
precariedad conocida de un Ejrcito espaol muy mal pertrechado y que no haba sufrido ningn
tipo de proceso de remodelacin o modernizacin. Adems, tuvo en cuenta el malestar
acumulado de un pueblo espaol muy acosado por las crisis, sopesando tambin el carcter
colaboracionista de algunas autoridades que, temerosas de un levantamiento popular que
derivase en un proceso revolucionario como el de la Revolucin Francesa, pactaran con Napolen
la conquista de la pennsula sin conflictos armados.
Por lo tanto, es perfectamente comprensible que, valorando esas circunstancias, el general
francs creyese que la conquista de Espaa iba a ser bastante fcil, de ah que no destinase un
gran nmero de tropas ni mucho menos sus tropas de lite. Sin embargo, sus planes fallaron y
Napolen tuvo que replantearse la conquista de la pennsula, desplazndose l mismo al frente y
dirigiendo la campaa de conquista.
2.2 Fases de la guerra
Conflicto armado particularmente largo, se distinguen diferentes fases comenzando con la
primera de ellas, entre junio y octubre de 1808, caracterizada por ser el momento en el que los
primeros planes de conquista rpida por parte de los franceses se vieron frustrados por la
resistencia popular.
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No obstante, con la retirada de los franceses al otro lado del Ebro se inicia la segunda etapa, que
discurre entre noviembre de 1808 y el ao 1810, que coincide con la reaccin gala, que
reconquista la mayor parte del territorio, principalmente gracias a la nueva estrategia de
Napolen, que decidi reforzar sus ejrcitos peninsulares con nuevas levas y poniendo al frente
de esos ejrcitos a sus mejores generales, llegando a acudir l mismo como ya indicbamos en el
apartado anterior. Intent aplicar una guerra relmpago con la que derrotar a Espaa de un
plumazo, recuperando de nuevo ese mito de invencibilidad, resarcindose de los errores del
pasado. Sin duda, la nueva estrategia dio resultado y los franceses rpidamente ocuparon el
conjunto de la Pennsula, incluso la mayor parte de Andaluca, un territorio especialmente
levantisco y reticente a la presencia francesa, con la excepcin de Cdiz, llegando a caer incluso la
ciudad de Sevilla donde se haba refugiado la Junta Central, que debi huir a Cdiz, desde donde
organizara la defensa y reconquista de los territorios.
La tercera fase, desarrollada entre
1810 y 1812, fue el momento en que
la difusin de la guerra de guerrillas
propici la aparicin de una
autntica guerra de desgaste que
impidi al ejrcito francs culminar
su conquista, principalmente al
carecer del dominio sobre el mundo
rural, donde se desarroll con
mayor potencia el fenmeno
guerrillero que posteriormente
analizaremos.
Partiendo de esas guerrillas y de esa
maniobra de desgaste constante al
ejrcito francs, se inicia definitivamente la ltima etapa de la guerra, entre 1813 y 1814, que se
caracterizar por ser el momento en el que la ofensiva aliada termina por liberar al conjunto de
Espaa.
2.3 El fenmeno de la guerrilla
Sin duda una de las claves ms importantes de la Guerra de Independencia, el fenmeno de la
guerrilla surge en pleno conflicto y va cobrando progresivamente mayor importancia hasta
alcanzar una dimensin muy importante, reflejando a las claras la dimensin popular de la guerra.
Pero adems la guerrilla fue importante al colaborar con el ejrcito espaol para establecer una
situacin de guerra total en Espaa, una situacin que permiti derrotar a los ejrcitos
napolenicos, a los que no se les ofreca cuartel bajo ninguna circunstancia y que fue objeto de
toda clase de asesinatos por parte del pueblo espaol.
La guerrilla pronto comenz a cosechar importantes y tempranos xitos, especialmente en el
Norte, llegando a haber ms de cincuenta mil guerrilleros aunque muy desigualmente repartidos,
con unas unidades guerrilleras muy grandes pero tambin en otros lugares guerrillas muy
pequeas de apenas treinta o cincuenta miembros. Por lo tanto, nos encontramos a mticos
Fig. 4 Mapa en el que aparecen reflejadas las principales iniciativas de los franceses en su
conquista de la pennsula.
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guerrilleros como El Empecinado, el Cura Merino, Portier o Espoz y Mina
que concentraban al 80% de los guerrilleros.
Otro aspecto importante relacionado con la guerrilla fue la promulgacin
de reglamentos de guerrillas por parte de la Junta Central del Gobierno.
Creados muy pronto, el primero de ellos, anunciado en diciembre de
1808, buscaba controlar a las guerrillas, poniendo
de esta manera punto final a las deserciones de
militares que abandonaban el ejrcito para
ingresar en las guerrillas, promoviendo adems la creacin de nuevas
unidades guerrilleras a partir de aquellas personas que no haban sido
llamadas a filas todava. Posteriormente se promulg un nuevo edicto en
el mes de abril de 1809 con el que se buscaba garantizar la eficacia de la
lucha guerrillera contra el francs, estableciendo que la guerrilla deba
organizarse coordinadamente con el ejrcito. Adems, tambin se dedic
a fomentar la lucha guerrillera, legalizando la guerra de guerrillas, en un
contexto muy peculiar en el que la guerrilla gallega comenzaba a
cosechar sus primeros grandes xitos, esperanzando al conjunto espaol.
En cuanto a los miembros de las guerrillas, eran fundamentalmente las
clases populares, curiosamente aqulla que gozaba de un arraigo econmico, esto es, artesanos,
labradores, gente que tena algo que defender y por lo que luchar. No obstante y a pesar de ese
componente popular que engrosaba sus filas, la direccin de las guerrillas qued en manos de los
sectores privilegiados, ya fuesen militares retirados, distintos cargos locales o, muy
destacablemente, eclesisticos.
2.3.1 El caso de la guerrilla gallega
Merece mencin especial el caso de la guerrilla gallega, que cosech un xito enorme de manera
heroica. Galicia estaba bajo control francs apenas desde enero de 1809 pero, como bien es
sabido, el nervio gallego se encontraba en el mundo rural, que se levant en armas contra los
franceses, especialmente en la Galicia meridional. Lo verdaderamente sorprendente de la
guerrilla gallega fue el hecho de que liberaron la regin en escasos cinco meses sin que
interviniese casi el ejrcito espaol, con la nica excepcin de aquellos ltimos momentos claves,
como la batalla de Monte Sampaio.
Adems, la victoria de la guerrilla sobre los franceses tuvo lugar en un momento de imparable
avance francs, rompindose de nuevo con esa idea de la invencibilidad francesa, devolviendo la
esperanza al pueblo insurrecto espaol con esta victoria decisiva.
Como indicbamos anteriormente, el ejrcito ejerci un papel muy poco destacado en la
liberacin de Galicia por la precariedad de las fuerzas armadas espaolas, muy mal pertrechado,
careciendo incluso de alimento y de ropa con la que mantener a sus soldados, psimamente
formados e incluso dirigidos, debido a la conocida venalidad de los cargos, desempeados por
individuos que compraban frecuentemente los cargos militares. Para ms inri, se produjo en el
mbito gallego una desercin crnica de soldados a favor de la guerrilla por la situacin precaria
Fig. 5 Dibujo, a carboncillo, del Cura
Merino, uno de los principales lderes guerrilleros.
Fig. 6 Retrato de El Empecinado,
otro de los grandes lderes guerrilleros espaoles.
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del ejrcito, unindose a esas guerrillas al gozar de una movilizacin ms prxima y flexible,
permitiendo as la compatibilizacin de la guerrilla con el trabajo agrario.
3. El fenmeno del juntismo
La otra gran manifestacin del carcter popular de la guerra de la Independencia, junto a la
guerrilla, fue el fenmeno poltico como juntismo, basado en la creacin de juntas soberanas de
gobierno local en aquellas ciudades que se haban levantado contra el dominio francs, teniendo
como finalidad ltima el hacerse con el poder local e iniciar la guerra contra el invasor.
El proceso insurreccional juntista fue generalmente el mismo en todos los lugares, padecindose
en todos los territorios un proceso de formacin muy similar que comenzaba con un primer motn
popular que tomaba el arsenal, obteniendo as armas para el pueblo el cual, armado ya tras la
toma de los arsenales, depona a las viejas autoridades locales, incluso con actos de verdadero
ensaamiento por parte de los insurrectos, para crear finalmente las Juntas Supremas de
Gobierno Local, rganos de gobierno que, sin embargo y a pesar de que en principio expulsaban a
las viejas autoridades privilegiadas, estaban formadas en muy alto porcentaje por viejos sectores
sociales privilegiados, fundamentalmente clrigos y militares, reservndose normalmente la
presidencia de dichas Juntas en manos de viejas autoridades locales aunque tambin hay que
mencionar que, con el paso del tiempo, se vivi un retroceso del peso de esos privilegiados en los
rganos juntistas.
La razn de la disminucin de la influencia de sectores privilegiados en las Juntas se explica por
varias razones. En primer lugar, normalmente siempre se sola dar una segunda oleada de
motines que exigan, ahora s, un verdadero cambio en la composicin de las juntas a favor de los
insurgentes. Adems, el populacho esperaba aquellos momentos propicios para perpetrar
atentados contra esas viejas autoridades de manera que stas, acongojadas por la presin
popular, terminarn por renunciar a los cargos, que van quedando en manos de los
representantes de los insurgentes, lo que explica que los partidarios de reformas revolucionarias
fueran ganando peso y libertad de accin, en detrimento de unos privilegiados cada vez con
menor capacidad de accin vctimas del ambiente de presin, ejercida por el pueblo en armas.
3.1 Formacin de la Junta Central
El Juntismo fue avanzando rpidamente por toda la geografa espaola, articulndose una
jerarqua que contaba, en su base, con las Juntas locales, organizadas y dominadas por Juntas
regionales, provinciales e incluso, con el tiempo, un rgano central de gobierno: la Junta Central,
establecida en Cdiz a partir de 1810 tras la prdida de la ciudad de Sevilla frente a los franceses.
Dentro de esa Junta Central de Gobierno exista una corriente de opinin proclive al
establecimiento de una regencia al ser la institucin que mejor representara, y con mayor
respeto, los principios de la monarqua absoluta que, de iure, segua rigiendo polticamente
Espaa.
Sin embargo, finalmente termin imponindose en el seno de la Junta Central la opinin ms
rupturista que apostaba firmemente por la convocatoria de unas Cortes Generales,
extraordinarias y constituyentes.
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3.2 Valor histrico del juntismo
El mayor inters histrico que nos merece el juntismo como fenmeno poltico reside en el hecho
de que result ser el acontecimiento rupturista por excelencia que permiti poner en marcha la
revolucin liberal en Espaa. El porqu de la importancia vital del juntismo se explica por el hecho
de que el surgimiento de estas juntas de gobierno autnomas impuls la degradacin final de las
instituciones propias del Antiguo Rgimen al establecer una nueva estructura de gobierno
rupturista con el pasado y organizada de abajo a arriba, siendo las Juntas Locales las que dotan de
poder a sus superiores mediante la va de la delegacin, residiendo en aquellos rganos de
gobierno locales el verdadero poder poltico.
Adems, el juntismo se bas en la reasuncin de la soberana por
parte del pueblo, siendo ese pueblo el configurador de los nuevos
rganos de gobierno, reasumiendo el pueblo la soberana.
3.3 Composicin ideolgica de la Junta Central
Nos encontramos con tres grandes sectores ideolgicos, destacando a
la derecha de todo el grupo de los absolutistas, encabezados por el
viejo conde de Floridablanca, presidente de la Junta Central.
Contrarios a la convocatoria de las Cortes, defendan un inmovilismo
poltico total y absoluto, postura que perpetuarn durante la labor
legislativa de Cdiz.
Luego se encontraba el sector centrista, liderado por Jovellanos y formado por ilustrados
reformistas que pretendan aplicar un programa de reformas de gran calado pero respetuosas con
los principios de lo que Jovellanos conoca como la Constitucin Histrica de Espaa, tambin
conocido como las Leyes Fundamentales del Reino, entre las que se encontraba el principio de la
monarqua. Por lo tanto, los centristas pretendan reformar la monarqua absoluta pero sin que
sta desapareciera.
Por ltimo, en el ala izquierda de la ideologa juntista se encontraba el sector rupturista,
encabezado por individuos como Calvo de Rozas o Quintana. Defensores de
reformas de corte liberal, buscaban establecer un nuevo modelo de Estado y de
sociedad, objetivo poltico que vean factible al considerar que, con las
abdicaciones de Bayonne, la soberana haba pasado a la Nacin, expresndose
esa soberana nacional a partir del juntismo, manifestacin de la voluntad
rupturista del pueblo a ojos de los propios rupturistas que se encontraban
dentro de la estructura poltica de la Junta Central.
Cmo se lleg a la convocatoria de Cortes? Por la situacin de emergencia
nacional, el debilitamiento poltico del sector absolutista tras la muerte de
Floridablanca y por las reformas liberales acometidas por Jos I, que haca la
zona ocupada ms atractiva para vivir que la propia zona insurrecta, de ah que
se tuviesen que convocar las Cortes para llevar a cabo medidas que hiciesen
ms atractivo el proyecto poltico insurrecto, y as ganar apoyos.
Fig. 7 Conde de Floridablanca, presidente de la Junta Central y lder de
los absolutistas.
Fig. 8 Lorenzo Calvo de Rozas, uno de los lderes del sector rupturista.
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Como colofn final, la Junta Central convoca las Cortes Generales, que se reunirn por primera
vez en septiembre de 1810 en la ciudad de Cdiz, nica que escapaba del control directo francs.
4. Las Cortes de Cdiz y la Constitucin de 1812
Sin duda alguna, los orgenes e inicios de la Revolucin Liberal en Espaa se encuentran en la
importantsima labor legislativa de las Cortes Generales de Cdiz, cuya obra ms importante y
trascendental fue la promulgacin de la Constitucin de 1812, que permita el establecimiento,
por primera vez en Espaa, de un rgimen poltico, social y econmico liberal.
Pero, en primer lugar, debe llamar la atencin la implantacin de un rgimen liberal si tenemos en
cuenta la minora cuantitativa que eran los liberales y su carcter casi marginal dentro de la
poltica espaola del momento, en la que los viejos privilegiados seguan gozando de gran fuerza e
influencia al conservar las fuerzas de produccin que haban sido tradicionalmente suyas. Pero
adems, seguan copando la Administracin del Estado e incluso la antigua mentalidad
privilegiada segua vigente y los liberales no haban logrado derribar los residuos de esa sociedad
antigua en la que la nobleza y la Iglesia jugaban un papel tan determinante.
Otro problema al que tuvo que hacer frente las Cortes de Cdiz fue la composicin social de las
mismas Cortes ya que en ellas haba una elevada presencia de miembros de sectores
privilegiados2. No obstante y a pesar de esa composicin social en la que tanto pesaban los
sectores privilegiados, la mayor parte de los diputados eran ideolgicamente partidarios de tomar
y llevar a cabo medidas rupturistas y prximas al liberalismo. Esto se explica por el hecho de que,
nunca jams, la condicin socioprofesional condiciona la orientacin ideolgica de un individuo.
Pero adems, tambin debemos tener en cuenta que la guerra impidi la eleccin de diputados
en sus territorios, escogindose por lo tanto los miembros oriundos de aquellos territorios que
residan en Cdiz, lugar de reunin de las Cortes y una de las ciudades ms cosmopolitas y
liberales de toda Espaa. Esta circunstancia explica que, por ejemplo, un diputado gallego en las
Cortes era liberal y no tena por qu vivir en Galicia sino que, incluso al revs, sera un gallego
residente en Cdiz.
4.1 La obra de las Cortes de Cdiz
La principal medida acometida por las Cortes de Cdiz fue la desmantelacin del Antiguo Rgimen
o, al menos, la voluntad de desmantelarlo ya que la eliminacin no fue exitosa del todo. As,
pronto se promulgaron las primeras medidas que iban encaminadas a terminar con el mundo y las
instituciones del absolutismo, proclamando la libertad de imprenta, aboliendo los seoros, en
agosto del 1811, o el decreto de la abolicin de la Inquisicin, uno de los debates ms duros y
largos por la presencia numerosa de clrigos en las Cortes, lo que propici que ese debate se
dejara para el final, evitando as problemas en el seno de unas Cortes muy ocupadas con la
redaccin del texto constituyente.
Aparte, las sesiones de Cortes no estuvieron exentas de conflictos y dificultades pues el bloque
reaccionario se organiz con la finalidad de boicotear todas las iniciativas legislativas, alargando
tontamente los debates e intentando dilatar el proceso constituyente para evitar la redaccin de
la Constitucin, que finalmente s se promulg.
2 Sirva como clara referencia el hecho de que de trescientos diputados, cien eran clrigos.
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4.1.1 La Constitucin de 1812
Inspirada en el constitucionalismo francs, se evit sin embargo convocar o invocar esa influencia
gala en el texto constitucional por la mala fama de los del pas vecino en la Espaa del momento,
evitando mediante la omisin a los franceses que los reaccionarios inmovilistas pusieran el grito
en el cielo y llevasen a cabo acciones delictivas. Esta tentacin de no semejarse a los textos
constitucionales franceses que, sin embargo, s
sirvieron como inspiracin para la redaccin de
la Constitucin explica la falta de una
declaracin de Derechos fundamentales si bien
es cierto que esos derechos se defienden y se
estipulan a lo largo del texto constitucional, de
manera dispersa e individualizada a lo largo de
la extensa y minuciosa Constitucin, aspecto
que nos habla sobre su corte progresista.
Sin duda alguna, aquella Constitucin extensa y
minuciosa revela un alto grado de progresismo
mientras que las breves suelen denotar
moderantismo poltico. Y la extensin de la
Constitucin de Cdiz no es casual sino que
muestra a las claras el rgimen poltico que intenta implantar, un rgimen liberal de monarqua
parlamentaria, ms avanzada sin duda que una monarqua constitucional. Aparte, en Cdiz se
promulga sin matices el principio de la soberana nacional y el de la separacin de poderes, que
incluso se profundiza ms con la preeminencia que cobra el Parlamento frente a los otros dos
grandes poderes polticos. En tercer lugar, podemos mencionar la figura del monarca, que se
conforma como un mero poder delegado y sometido al Parlamento.
4.1.2 Las Cortes
Se instaura un sistema de Cortes representativas, elegidas en base a un sistema de sufragio
universal masculino indirecto y con un fuerte carcter autnomo en lo relativo al funcionamiento
del parlamento, que se configur como un poder independiente que se poda convocar sin
necesidad de que el Rey diese la orden y sin que ste tampoco pudiera intervenir en el ritmo y la
vida de las Cortes.
De hecho, se lleg a determinar un grado de autonoma tan grande que incluso se explicitaba en
la Constitucin que quedaba terminantemente prohibido que el monarca estuviese presente en el
hemiciclo durante las deliberaciones parlamentarias.
Por otro lado, los mandatarios parlamentarios eran breves, convocndose elecciones cada dos
aos con la finalidad de fomentar la participacin ciudadana en la vida poltica espaola.
Fig. 9 Ejemplar de la Constitucin de 1812.
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Por ltimo, podemos mencionar el carcter unicameral3 de unas Cortes que gozaban de amplios
poderes, con poder de decisin incluso en materia sucesoria.
4.1.3 La figura del monarca
Como ya indicbamos anteriormente, se trataba de un poder delegado y muy controlado por
parte del Parlamento. En Cdiz se rechaza tajantemente la concepcin patrimonialista de la
Corona y el rey queda relegado a ser el mero titular del poder ejecutivo, restringindosele sus
poderes en gran medida de manera que, si bien conserv la iniciativa legislativa, requera del
refrendo de sus ministros, sometidos asimismo al control penal de las Cortes.
El monarca bajo el rgimen de Cdiz gozaba de poder de veto pero con un carcter limitado,
pudiendo nicamente ejercerlo durante dos aos, sometindosele por parte del Parlamento a
una fuerte vigilancia que incluso lleg hasta el lmite de prohibrsele al rey ausentarse del pas sin
permiso explcito de la Cmara legislativa.
4.1.4 Nueva ordenacin del territorio
De acuerdo con los principios del liberalismo, se impulsa desde las Cortes de Cdiz una
reordenacin territorial que obedeca a criterios como el racionalismo o la uniformizacin del
territorio. Inspirndose de nuevo en el modelo francs, se anuncia la divisin del territorio en
provincias, dirigidas por jefes polticos y con las diputaciones como rganos representativos de
dichas provincias.
Aparte, tambin se intentar acometer una reorganizacin del poder local en municipios,
establecindose el carcter electivo de los alcaldes, que gozarn de amplias prerrogativas y
autonoma, elegidos en funcin de un sistema de sufragio universal masculino indirecto, idntico
al utilizado para la confeccin de las Cortes.
No obstante, todo el proyecto legislativo y poltico de Cdiz se termina resquebrajando con la
vuelta en 1814 del hijo de Carlos IV y nuevo rey de Espaa, Fernando VII, finalmente liberado por
Napolen tras haber perdido ste la Guerra de Independencia. Una vez en Espaa, Fernando hizo
tabula rasa de todo lo iniciado por Cdiz y restableci el absolutismo, como veremos a
continuacin.
5. De la Restauracin absolutista a la revolucin liberal de 1836
A pesar de la proclamacin del rgimen poltico liberal a raz de la Constitucin de Cdiz de 1812,
el nuevo sistema poltico apenas sobrevive dos aos debido a que, en el 1814, regresa a Espaa el
sucesor de Carlos IV, su hijo Fernando VII. La vuelta de El Deseado, como lo llamaban sus
partidarios absolutistas, desencaden una lucha a muerte entre absolutistas y liberales que
termin desencadenando en una alternancia constante de gobiernos absolutistas y liberales hasta
el ao 1836, momento en el que se instala definitivamente el liberalismo como rgimen poltico,
no sin grandes dificultades y, sobre todo, sacrificios por parte de los liberales, que debieron
renunciar a varias ideas de su pensamiento liberal para propiciar el establecimiento del
liberalismo poltico, slo posible si se lograba una alianza con los viejos sectores privilegiados.
3 Propio del primer liberalismo ms temprano si bien con el tiempo y fruto de la alianza entre liberales y
viejas clases privilegiadas se pasar a un modelo bicameral, con una Cmara Alta y una Cmara Baja.
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5.1 El Sexenio Absolutista
Se inicia la historia del reinado fernandino con el regreso del monarca a la Pennsula en el 1814
tras haber sido reconocido por Napolen como el rey legtimo de Espaa, permitindole regresar
y tomar posesin de su trono, una vez que el emperador francs ya haba sido totalmente
derrotado en la Guerra de Independencia.
Una vez en Espaa, en un primer momento Fernando acept y prometi defender y respetar el
rgimen liberal, pasando a actuar como un mero monarca
constitucional sin apenas poder, como se le defina en la
Constitucin de 1812. Las Cortes, sin embargo, no aceptan la
misiva del monarca en la que haca esa declaracin de buenas
intenciones y envan al Consejo de la Regencia a la frontera
francesa para asegurarse que, tan pronto como Fernando VII
entrase en Espaa, jurase la Constitucin y se trasladase a la
capital siguiendo un itinerario marcado especficamente por el
gobierno, para que no se desviase o tuviese la tentacin de
reunirse con algn aliado poltico suyo.
5.1.1 La toma del poder por Fernando VII
Evidentemente, la carta de Fernando VII no era ms que una
treta poltica que le asegurase la entrada en el pas sin que sus
potenciales aliados, los sectores absolutistas, perdiesen
libertad de accin y no pudiesen concretar el golpe de mano
que el rey estaba planeando y que llev a cabo en cuanto tuvo
una mnima oportunidad, pronuncindose pblicamente a favor de la Restauracin del sistema
poltico absolutista.
As, se pronuncia a favor del Manifiesto de los Persas, un documento firmado
por los absolutistas en el que reclamaban la vuelta de la monarqua absoluta
en su aspecto ms tradicional. Con este panorama, Fernando abandona
Madrid y se traslada a Valencia, ciudad en la que se rene con los
conspiradores absolutistas para terminar de disear el golpe de mano que
posibilitara el retorno del absolutismo como forma de gobierno, rompiendo
as el juramento hecho por Fernando VII y basado en mentiras.
Finalmente el golpe de mano se materializ el 4 de Mayo de 1814, momento
en el que el rey promulga un decreto en el que declara absolutamente nulo
todo el valor constituyente de Cdiz y permite al ejrcito que tome las
Cortes, que las cierre y que encarcele a los liberales ms conocidos del pas.
Por ltimo, forma el primer gobierno absolutista que da inicio a la primera
fase de su reinado, que se conoce con el nombre de Sexenio Absolutista.
5.1.2 Caractersticas del Sexenio Absolutista
El Sexenio Absolutista se caracteriza por ser una reinstauracin rigorista y
plena del Antiguo Rgimen, restablecindose desde la Inquisicin hasta el
Fig. 10 Retrato de Fernando VII, rey de Espaa entre 1814 y 1833.
Fig. 11 Portada del Manifiesto de los
Persas, documento en el que los polticos absolutistas abogaban por el retorno al absolutismo como forma de gobierno.
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sistema seorial, recuperando y reinstaurando todas las instituciones propias del Absolutismo,
que haban sido anuladas por el liberalismo gaditano pero que son recuperadas ahora por el
monarca aunque ya muchas de ellas fuesen incompatibles con los nuevos tiempos polticos que
viva Europa.
Adems, se impone en estos momentos una prctica de gobierno arbitraria, rodendose el
monarca de una camarilla de absolutistas que lleg a tener ms influencia en el soberano que sus
propios secretarios de gobierno.
Por ltimo, podemos destacar al Sexenio como la etapa en la que se inicia la primera campaa de
fuerte persecucin contra los liberales, producindose, a causa de esa represin, el primer gran
xodo poltico por parte de los liberales, que huyen principalmente a Inglaterra y a Francia.
Econmicamente, es ste un perodo de grandes dificultades para la Hacienda espaola, casi
quebrada por las gigantescas deudas de la monarqua que haban aumentado a causa del esfuerzo
econmico que el gobierno juntista debi llevar a cabo para la defensa del pas frente al invasor
francs. Pero es que la crisis hacendstica no slo era causa del esfuerzo blico sino que adems el
Tesoro vivi un autntico desplome de los ingresos fiscales por la destruccin constante de
cosechas agrcolas4 y por el cese del comercio americano, que se haba visto interrumpido con el
surgimiento de los primeros movimientos independentistas en el continente americano.
En estos aos que van desde 1814 hasta 1820, el pas estaba fuera de cualquier posible crdito
concedido por un socio europeo, entre otras razones por la negativa terca y obtusa de Fernando
VII de acometer reformas fiscales que le permitiesen subsanar las deudas contradas. Pero la
negativa no era un acto infantil sino que tena una razn de ser meramente poltica ya que la
reforma fiscal que el monarca deba llevar
a cabo implicara la supresin de los
privilegios del clero y de la nobleza,
principales soportes del gobierno
absolutista fernandino.
Aparte, en este momento exista una
enorme inestabilidad poltica y
ministerial, especialmente en el cargo de
secretario de Hacienda. De hecho, fue tal
la inestabilidad de ese cargo que, en
apenas seis aos de gobierno, hubo hasta
nueve secretarios diferentes, cesados
constantemente por el capricho del monarca, que buscaba a alguien que le solucionase las
deudas sin que tuviese que aprobar ningn tipo de reforma fiscal.
En esa categora de secretarios de Hacienda destaca principalmente Martn de Garay, que intenta
llevar a cabo un programa reformista fallido que inclua una desamortizacin de los bienes
4 Recordemos que Espaa en aquel momento, y durante todo el siglo XIX, era un pas cuya economa dependa fundamentalmente de la agricultura, de ah las consecuencias negativas que tuvo la destruccin de cosechas en la Hacienda espaola.
Fig. 12 Mapa de los principales levantamientos militares que tuvieron lugar
durante el Sexenio Absolutista.
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eclesisticos y una reforma fiscal en la que se especificaba que todos los sectores sociales deban
colaborar con el Tesoro real.
Por ltimo, podemos mencionar la actividad de aquellos liberales que haban permanecido en el
pas y se dedicaban a fomentar actos insurreccionales, sobre todo pronunciamientos militares
llevados a cabo por ciertos sectores del ejrcito. Sin duda alguna, el pronunciamiento se convirti
en una constante a lo largo del siglo XIX y casi la nica manera de que los liberales alcanzasen el
poder. Si tuvisemos que citar los levantamientos militares ms importantes de esta poca,
podemos mencionar el de Espoz y Mina en 1814, el de Porlier en A Corua en 1815 o el de Del
Riego de 1820, que finalmente triunf, posibilitando la cada del Sexenio Absolutista, no sin
dificultades. No obstante y a pesar de esas dificultades, el pronunciamiento de Del Riego resulta
victorioso y el rey se ve forzado a promulgar un manifiesto en el que se pronuncia absolutamente
favorable a la instauracin de un rgimen liberal en Espaa, realizando un acto de verdadero
cinismo poltico.
5.2 El Trienio Liberal
Tras el triunfo del pronunciamiento militar de Del Riego en 1820, se restablece la Constitucin de
Cdiz y el rgimen liberal. Acto seguido, se forma una Junta de Gobierno Provisional que ordena
la liberacin de todos los presos polticos, restituyendo en su cargo a todos aquellos individuos
que, por su condicin ideolgica, haban sido apartados de la administracin, formndose
finalmente un ejecutivo que ha pasado a la Historia con el nombre de el gobierno de los
presidiarios al estar formado principalmente por aqullos que haban huido del pas o haban
sido encarcelados por las autoridades fernandinas.
Retomando el camino abierto por Cdiz, se inician las reformas pendientes que aparecan
enunciadas en la Constitucin de 1812, destacando algunas como la reforma del clero, que
inclua la disolucin de todas las
rdenes monsticas, o la reforma
del rgimen de propiedad, formada
por varios proyectos y decretos
como el de la Desamortizacin, la
abolicin de los seoros y la
abolicin de los mayorazgos.
Adems, se crea en esta poca la
Milicia Nacional, un cuerpo cvico
militar que ya haba sido
proyectado en el texto
constitucional gaditano pero que no
se haba llevado a la prctica por la brevedad del rgimen poltico liberal. La finalidad de este
cuerpo era la de dar seguridad al rgimen liberal frente a posibles conspiraciones por parte de los
absolutistas. De carcter descentralizado, la base de la gran Milicia Nacional eran las pequeas
milicias locales, dirigidas por los ayuntamientos y formadas por voluntarios.
Fig. 13 Mapa en el que se describe el camino realizado por el ejrcito francs que restaur en el trono a Fernando VII en 1823.
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Sin embargo y a pesar de la intensa labor legislativa del Trienio Liberal, el rgimen poltico cay en
el mes de Septiembre de 1823, con una enorme facilidad, tras la intervencin militar del ejrcito
francs de Los Cien Mil Hijos de San Lus, dirigido por el Duque de Angulema.
5.2.1 Causas de la cada del Trienio Liberal
A pesar de que la intervencin militar francesa fue decisiva para la cada del Trienio Liberal, la
cada poltica de este perodo no se puede explicar recurriendo nicamente a la intervencin
extranjera. Hubo una serie de factores internos que propiciaron la cada del rgimen liberal.
En primer lugar, podemos mencionar la propia divisin que vivan los liberales, fuertemente
enfrentados entre s y organizados en torno a dos grandes grupos polticos; por un lado estaban
los doceaistas, liberales moderados que solicitaban y defendan reformar la Constitucin de
Cdiz para moderarla en su contenido y en sus objetivos.
Pero frente a estos doceaistas se levantaban los
exaltados, liberales radicales que tomaron el poder en el
ltimo tramo del Trienio Liberal y que defendan la
integridad de la Constitucin de 1812, exigiendo incluso ir
ms all. Apoyados por las masas populares urbanas, los
exaltados emplearn ese apoyo popular para movilizar
contra los gobiernos doceaistas, movilizndolos a travs
de la prensa y de las Sociedades Patriticas, clubs de
debate poltico que se reunan en torno a cafs.
A esta confrontacin entre los grandes grupos liberales se
sumaba el acoso constante ejercido por los absolutistas,
centrados en una campaa de acoso y derribo contra el rgimen liberal. Fue tal ese ataque contra
el liberalismo que incluso se gener una situacin de guerra civil encubierta, formndose fuerzas
paramilitares como los Ejrcitos de la Fe, organizados y financiados fundamentalmente por la
Iglesia, principal interesada en la vuelta al absolutismo poltico por el hecho de que con el
liberalismo perda gran parte de su patrimonio y sustento econmico. Pagados por la Iglesia y por
grandes figuras nobiliarias, esos ejrcitos estaban formados por campesinos pagados que se
dedicaban a actuar violentamente en aquellos lugares que les era sealado por sus lderes.
Por ltimo, pero no por ello menos importante, debemos mencionar la propia hostilidad de un
campesinado muy decepcionado y enfadado con el rgimen por la especial incidencia negativa
que haba tenido la poltica econmica liberal en la economa campesina espaola. Empobrecidos,
este campesinado rpidamente comenz a levantarse en armas contra el gobierno, bien bajo la
bandera de los Ejrcitos de la Fe o bien bajo la forma de insurrecciones populares.
Sin duda alguna, todas estas circunstancias que hemos descrito brevemente explican que la
intervencin militar francesa propiciase la definitiva cada de un rgimen poltico debilitado y
aquejado por varios conflictos internos que haban llevado al pas a una situacin de caos interior.
5.3 La Dcada Ominosa
Tras la cada del Trienio Liberal en el 1823, las grandes potencias europeas restablecen en el
trono espaol a Fernando VII, que reinstaurar de nuevo el absolutismo como forma de gobierno.
Fig. 14 Cuadro en el que aparece retratado el ejrcito de Los Cien Mil Hijos de San Lus.
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Conocida como Dcada Ominosa, durar hasta la muerte del monarca en el ao 1833 y se
caracterizar este perodo por ser una poca de terror social en la que se llevaron a cabo
numerossimas purgas sociales cuyo objetivo era terminar, extirpando de raz, con todo lo
relacionado con lo liberal. As, para aniquilar al liberalismo, los ultrarrealistas, el gran apoyo de
Fernando VII en el trono, defensores de un inmovilismo poltico frreo e inamovible, llevarn a
cabo una purga no tanto social sino ms bien organizativa, realizando purgas en la
Administracin, que fue vigilada para evitar que hubiese en ella siquiera un mero simpatizante
liberal.
En cuanto a la purga social, fue realizada fundamentalmente por la Iglesia, que lo realiz a travs
de los Ejrcitos de la Fe, que pasaron de ser cuerpos paramilitares a convertirse en ejrcitos
particulares que las autoridades eclesisticas usaban como adoctrinamiento violento, ordenando
purgas sociales que incluso incluan matanzas a gran escala de liberales a manos de turbas
populares, alentadas por los eclesisticos. Tambin se encargaron de aniquilar todas las
plataformas de organizacin y difusin de ideas prximas al liberalismo, establecindose una
rgida censura y campaa de eliminacin de la prensa y de las Sociedades Patriticas que, hasta el
momento, haban sido los principales baluartes del liberalismo espaol.
El otro gran rasgo de la poca fue el hecho de que, a pesar de los deseos de los ultrarrealistas, en
este momento el restablecimiento del absolutismo como forma poltica no se realiz de la misma
manera que durante el Sexenio Absolutista pues en este momento el rey y sus colaboradores
tuvieron que aceptar una serie de reformas impuestas por Europa con el objetivo de dulcificar el
rgimen para evitar levantamientos liberales que pudiesen expandirse por el resto del continente.
As, ordenado por las grandes naciones europeas a las que les deba el trono, Fernando VII
decret un indulto general en 1824, suprimi definitivamente la Inquisicin, apart del poder a
los ultrarrealistas y llev a cabo alguna reforma fiscal y hacendstica as como tambin proyect
una nueva ordenacin del territorio de la Corona.
Sin embargo, se ha de tener en cuenta que el monarca, contrario a cualquier tipo de reforma que
se pudiese asemejar al liberalismo, ide toda una serie de mecanismos prcticos que
condicionaron que las reformas llevadas a cabo bajo presin europea se convirtieran en papel
mojado, careciendo de aplicacin en la realidad. As, apenas hubo indultados, la Inquisicin fue
sustituida por una superintendencia encargada de la represin poltica, incluso con tribunales
diocesanos que se encargaban de la persecucin de clrigos liberales y de fomentar la censura
cultural. En este sentido, el rey orden a uno de sus secretarios, Calomarde, que idease una
reforma educativa cuya finalidad fue la de recristianizar la enseanza, cerrndose aquellos
centros no-religiosos. En el mbito universitario tambin se vivi un increble retroceso al obligar
que las diferentes universidades y centros de estudios superiores se rigieran bajo un plan
educativo del ao 1771.
5.3.1 El incipiente problema de los carlistas
Pese a que el monarca no tena ninguna intencin de que su reinado derivase en un rgimen
liberal, se vio forzado a llevar a cabo alguna mera reforma, aunque slo fuera en el plano terico,
que no content en absoluto a sus principales apoyos, las fuerzas ultrarrealistas, las cuales,
reunidas en torno a Carlos M Isidro y la alta jerarqua eclesistica, comenzaron a organizarse
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como un corriente de oposicin a lo que ellos consideraban una deriva liberal de Fernando VII.
Agrupados en el Partido Apostlico, en el 1826 empiezan ya a llevar a cabo acciones
antisistema, decantndose por el infante Carlos como sustituto de Fernando, derivando
progresivamente hacia actitudes insurreccionalistas, si bien todava slo a modo de presin, para
que el rey cambiase su modo de actuar y reinar.
El resultado de esas posturas insurreccionalistas fue el levantamiento de los Malcontents en 1826,
que se extendi por regiones colindantes. A partir del 1827, ya se consagraron como una
verdadera fuerza antisistema, preparando incluso una insurreccin general en toda Espaa para
deponer a Fernando e instaurar en su lugar a su hermano, el infante Carlos. La razn de esos
planes fue la, a su juicio, excesiva represin sobre los malcontents y por la decisin del monarca
de que su sucesora fuera su heredero natural, fuera nia o nio. Para ello, aboli la Ley Slica y
una vez nacida Isabel, fue nombrada Princesa de Asturias, cerrndose las puertas para los
carlistas, que vean como sus intentos de coronar a Carlos se desmoronaban de un golpe.
En el verano de 1832 tuvieron lugar los sucesos de La Granja, que consistieron en una
estratagema poltica de unos carlistas que, aprovechndose de un monarca agnico y una regente
dbil, lograron la anulacin del decreto de la Ley Slica,
aprovechndose del estado moribundo de un rey que crean que
no se recuperara. Desgraciadamente para ellos, Fernando VII se
recuper, enmend el error de Mara Cristina, que haba
aceptado las presiones carlistas, y le dio ms fuerza a su
decisin de que le sucediera su hija Isabel al convocar las Cortes
para que stas la proclamasen como heredera legtima y su
sucesora en el trono.
5.4 Muerte de Fernando VII y ascenso de Isabel II
Finalmente, el rey Fernando VII fallece el 29 de septiembre de
1833 y es sucedido en el trono real por su hija y sucesora, Isabel
II, que gobernar durante la primera etapa de su reinado bajo un
rgimen de regencia al haber heredado el trono con apenas tres
aos de edad. En esta primera poca en la que el gobierno
estar en manos de la viuda del monarca, Mara Cristina, tienen
lugar tres grandes sucesos, muy importantes para la futura vida
poltica espaola. Por un lado, la Guerra Carlista entre 1833 y
1840, lo que condicion la alianza de la regente con los sectores
reformistas, que no liberales, para consolidar a su hija en el trono, intentndose captar a los
liberales a travs de una serie de concesiones formales al liberalismo que terminaran diseando
el rgimen poltico imperante en esta poca, organizado por el Estatuto Real, que da nombre a
esta etapa del reino isabelino.
5.4.1 El rgimen del Estatuto Real
Tendr una vigencia relativamente breve, durando nicamente dos aos, pero tendr una gran
importancia poltica al estar a medio camino entre el liberalismo y el absolutismo, si bien mucho
ms prximo al absolutismo tal y como se observa en los postulados redactados en el texto
Fig. 15 Retrato de la monarca Isabel II en su
infancia, cuando ya era nominalmente la reina de Espaa.
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fundacional del Estatuto, una autntica Carta Otorgada, en el que no se mencionan rganos
caractersticos del liberalismo poltico como las Cortes. Adems, este Estatuto Real, como hemos
dicho anteriormente, no es un texto constituyente, requisito
indispensable para hablar de un rgimen poltico liberal. Aparte, fue
redactado de manera unilateral por la regente y se trata de un
documento muy breve que se centra en el diseo de unas Cortes,
sin prestar mayor atencin a cualquier otro asunto. Por ltimo,
tambin podemos destacar el empleo de terminologa propia del
Antiguo Rgimen como indicio del carcter ms prximo al
absolutismo que al liberalismo del Estatuto Real, que se aprobar
en el ao 1834.
Segn lo establecido en el documento, se convocaban una especie
de Cortes, hbridas entre las estamentales y las liberales, que
conservan en gran medida los caracteres bsicos de las absolutistas,
especialmente visible esa vigencia en la Cmara Alta, no electiva y
formada por los estamentos privilegiados de la sociedad espaola
del momento, bien Grandes de Espaa o bien arzobispos u obispos as como tambin aquellos
nobles escogidos personalmente por el monarca en funcin de su riqueza personal y de sus
servicios a la Corona.
En cuanto a la Cmara Baja, sta s era electiva pero con unas condiciones muy restrictivas,
especificndose por ejemplo que los candidatos a formar parte del hemiciclo deban poseer un
alto nivel de fortuna y eran elegidos a travs de un sufragio censitario muy restringido e indirecto,
con apenas diecisis mil electores.
Aparte, estas Cmaras eran rganos meramente consultivos que nicamente servan para votar
impuestos y aprobar las propuestas del monarca, careciendo de iniciativa legislativa y poseyendo
nicamente el derecho de peticin. An por encima, eran Cmaras de convocatoria regia que
podan ser suspendidas en el momento en que la regente lo deseara.
No obstante y a pesar de lo extremadamente restrictivo del rgimen, este Estatuto Real tiene un
mrito poltico al abrir una transicin hacia el establecimiento del liberalismo poltico, abrindose
los cauces que permitiran la progresiva y paulatina reforma poltica espaola que terminara
desembocando en la aparicin del liberalismo, cuyo advenimiento se acelerar bajo los gobiernos
liberales de 1835 y 1836.
5.4.2 Factores que explican el Estatuto Real
Histricamente puede resultar muy extrao y difcil de entender que una monarca tan absolutista
como Isabel II, y su madre la viuda de Fernando VII, aceptasen el establecimiento de un rgimen
liberal en Espaa, un pas que adems era hasta cierto punto reticente al establecimiento de
dicho rgimen poltico por el peso enorme de los sectores privilegiados y por el carcter incluso
marginal de los sectores liberales. No obstante y como sabemos, finalmente se estableci el
liberalismo, con una serie de salvedades y particularidades que sern explicadas con posterioridad
y que condicionarn al rgimen poltico espaol como nico en Europa entera. La principal razn
que explica el establecimiento del liberalismo en el poder fue el peligro cada vez mayor que corra
Fig. 16 Portada del Estatuto Real.
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la nueva reina en el trono espaol por el peligro constante representado por los carlistas, que
avanzaban sin que el ejrcito real pudiera frenarlos, llegando a ocupar y a hacerse fuerte esos
carlistas en ciertas zonas como Catalunya o las Vascongadas. Pero a es que adems, al problema
de los carlistas se le sumaba un ambiente insurreccional callejero potenciado por los liberales, que
fomentaban constantemente las algarabas y la violencia con la finalidad de desestabilizar el trono
y lograr el establecimiento definitivo del liberalismo en Espaa.
Ante esta situacin de casi emergencia nacional, Mara Cristina, junto al gobierno, opt por un
cambio estratgico para aliarse con los liberales y as
terminar de una vez por todas con la conflictividad
general en la que estaba sumida la Espaa que ella
controlaba. De esta manera y fruto de este acercamiento
a los liberales, se forman los primeros gobiernos
liberales, integrados fundamentalmente por doceaistas
aunque en 1835 se forma un nuevo gobierno dirigido por
un antiguo exaltado, Mendizbal, que pedir llevar a
cabo un programa de reformas liberales a cambio de que
los liberales renunciasen a parte de sus objetivos,
concediesen mayores prerrogativas al Rey y aceptasen,
por ejemplo, el bicameralismo, tomndose como
referencia el modelo liberal ingls. Esta tctica de
Mendizbal para establecer definitivamente el
liberalismo en Espaa crear una divisin interna entre
los liberales exaltados, que a partir de este momento
estarn escindidos internamente en dos bloques.
Una vez aprobado el plan de Mendizbal, se comienzan a llevar a cabo las primeras medidas,
decretndose la libertad de prensa y aprobndose la Desamortizacin, una va necesaria para
conseguir dinero para el Estado y que ste utilizase esos ingresos para reforzar el ejrcito y as
darle la vuelta a la bscula en el enfrentamiento con los carlistas. Sin duda alguna, los objetivos se
logran pues el ejrcito isabelino comienza a vencer a los carlistas en los sucesivos
enfrentamientos que mantienen y la situacin se va decantando a favor de la regente, que
aprovecha la nueva situacin, mucho ms apacible, para destituir a Mendizbal, al que ya no
necesitaba puesto que su hija estaba bien asegurada en el trono.
Con lo que no contaba Mara Cristina es que una vez que renunci a contar con el apoyo liberal,
estos liberales volvieran a convocar a sus seguidores y fomentasen nuevas oleadas
insurreccionales que concluyeron en un pronunciamiento de los sargentos de La Granja que
provoca la cada del Rgimen del Estatuto Real y el inicio de la Revolucin Liberal de 1836.
Fig. 17 Retrato de Mara Cristina de Borbn-Dos Sicilias, madre de Isabel II y regente durante su
minora de edad.