contemporánea de españa i (cont. i)

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    Resumen Historia Contempornea de Espaa I:

    LA CONSTRUCCIN DEL ESTADO LIBERAL EN ESPAA I

    ndice

    1. De la crisis a la quiebra de la monarqua absoluta

    1.1 Inicio de la Edad Contempornea

    1.2 Causas de la trayectoria accidentada del liberalismo espaol

    1.3 Factores explicativos de la quiebra de la monarqua absoluta

    1.3.1 Crisis de la monarqua

    1.3.2 Crisis de Espaa como potencia colonial

    1.3.3 Crisis econmico-social

    2. La Guerra de Independencia

    2.1 Naturaleza de la guerra

    2.2 Fases de la guerra

    2.3 El fenmeno de la guerrilla

    2.3.1 El caso de la guerrilla gallega

    3. El fenmeno del juntismo

    3.1 Formacin de la Junta Central

    3.2 Valor histrico del juntismo

    3.3 Composicin ideolgica de la Junta Central

    4. Las Cortes de Cdiz y la Constitucin de 1812

    4.1 La obra de las Cortes de Cdiz

    4.1.1 La Constitucin de 1812

    4.1.2 Las Cortes

    4.1.3 La figura del monarca

    4.1.4 Nueva ordenacin del territorio

    5. De la Restauracin absolutista a la revolucin liberal de 1836

    5.1 El Sexenio Absolutista

    5.1.1 La toma del poder por Fernando VII

    5.1.2 Caractersticas del Sexenio Absolutista

    5.2 El Trienio Liberal

    5.2.1 Causas de la cada del Trienio Liberal

    5.3 La Dcada Ominosa

    5.3.1 El incipiente problema de los carlistas

    5.4 Muerte de Fernando VII y ascenso de Isabel II

    5.4.1 El rgimen del Estatuto Real

    5.4.2 Factores que explican el Estatuto Real

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    1. De la crisis a la quiebra de la monarqua absoluta

    1.1 Inicio de la Edad Contempornea

    Existe en el mundo acadmico espaol un consenso generalizado sobre la cuestin del momento

    en el que podemos establecer el inicio de la Edad Contempornea espaola. Esa fecha es el ao

    1808 por representar el momento justo en el que tienen lugar episodios crticos que derivarn

    en una serie de sucesos rupturistas e iniciativas revolucionarias que permitieron empezar el

    establecimiento de un rgimen liberal en Espaa. Esos episodios crticos previamente

    mencionados son momentos de gran crisis que supusieron momentos histricos rupturistas

    como, por ejemplo, la crisis dinstica abierta a finales del siglo XVIII a raz del enfrentamiento

    entre Carlos IV y Fernando VII, su hijo, o la ocupacin militar napolenica que terminar

    desencadenando en la Guerra de Independencia, de la que hablaremos ms profundamente en

    posteriores apndices.

    Esa crisis dinstica que comienza en el ao 1806 y termina definitivamente en la abdicacin de

    Carlos IV y Fernando VII, su sucesor en el trono, que posibilit que Napolen, el general francs

    que se haba entronizado emperador, ejerciese un papel de rbitro entre padre e hijo y

    aprovechase el vaco de poder para usurpar la Corona espaola.

    Esa ocupacin napolenica result ser otro de los grandes episodios crticos de la Historia

    Contempornea espaola aun a pesar de haberse iniciado, la ocupacin, de manera silenciosa. No

    obstante, a partir de un momento determinado, el pueblo espaol se levanta en armas contra el

    invasor y esa situacin termina desembocando en la Guerra de Independencia, un conflicto entre

    el pueblo espaol insurrecto y Napolen, que terminar con la victoria de los espaoles en 1813

    tras cinco aos de enfrentamientos con el ejrcito galo.

    Continuando con esos acontecimientos rupturistas, uno de los ms importantes es la quiebra

    definitiva de la monarqua absoluta espaola a causa del vaco de poder dejado tras la abdicacin

    de los Borbones y la impostura de Jos I, el

    hermano de Napolen, como nuevo rey e

    implantador de una nueva monarqua espaola

    de corte reformista. Adems, a pesar de su

    restauracin en 1814 tras la derrota de

    Napolen, Fernando VII no ser capaz de

    reinstaurarse en el trono y regresar al tiempo de

    la monarqua absoluta pura, debiendo conceder

    y realizar una serie de modificaciones y reformas

    que constituirn una monarqua absoluta con

    cambios, sin poder hablar tampoco de una

    monarqua absoluta reformada.

    En lo referente a las iniciativas revolucionarias

    que habamos mencionado muy brevemente en los prrafos anteriores, nos referimos a sucesos

    que cambiarn la Historia de Espaa. En este momento, nos preocupa en prima instancia la

    convocatoria de las Cortes en 1809 y su reunin definitiva en 1810. El hecho de que esa

    convocatoria la califiquemos de revolucionaria reside en que no son, por primera vez en la

    Fig. 1 Cuadro que conmemora el momento preciso en que se aprueba y

    se promulga la Constitucin de Cdiz de 1812, hito del liberalismo espaol.

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    Historia de Espaa, Cortes estamentales sino generales, de manera que sus miembros son

    elegidos a travs de elecciones generales regidas por un sistema de sufragio universal masculino e

    indirecto. Adems, esas Cortes presentaban un carcter extraordinario, reunindose para llevar a

    cabo un proceso constituyente que culminar con la redaccin de la Constitucin de Cdiz de

    1812, el otro gran episodio revolucionario, de sesgo liberal y que llegar a implantar un rgimen

    liberal a todos los niveles, estableciendo la igualdad de todos los hombres ante la ley, la supresin

    de los estamentos, la abolicin de los monopolios y seoros, la instauracin de monarqua

    parlamentaria acorde a los principios de soberana nacional, gobierno representativo y divisin de

    poderes que incluso en Cdiz avanza ms al declararse la supremaca del poder legislativo. En

    definitiva, nos encontramos ante un texto constituyente de corte muy progresista para la poca y

    que crear un sistema poltico, breve en el tiempo pero clave histricamente por lo que signific

    en la Historia Contempornea de Espaa. No obstante, para la definitiva implantacin de un

    rgimen liberal en Espaa se ha de esperar unos cuantos aos ms.

    1.2 Causas de la trayectoria accidentada del liberalismo espaol

    Como indicbamos anteriormente, el rgimen liberal en Espaa tuvo serias dificultades para

    consolidarse por diferentes factores que luego analizaremos lo mejor que podamos. Sin duda

    alguna, el liberalismo en Espaa vive una trayectoria accidentada, arraigndose social y

    polticamente muy lentamente y con muchas dificultades. Aparte, el rgimen liberal que se

    proclamar y se consolidar en 1836 se caracterizar por ser la anttesis del primer rgimen

    enunciado en Cdiz, establecindose un rgimen muy, muy moderado que apostar por frmulas

    polticas mucho ms conservadoras como es el caso de la monarqua constitucional1.

    Pero, volviendo a lo que plantebamos al comienzo de este apartado, cules fueron los motivos

    que explican lo accidentado y complicado de la trayectoria del liberalismo en Espaa? Segn los

    historiadores y diferentes especialistas en el tema se pueden distinguir tres razones

    fundamentalmente.

    La primera de ellas fue la feroz resistencia de los viejos sectores privilegiados, principalmente dos

    de ellos. Por un lado la Iglesia, la que ms resistencia present, y por el otro, la hidalgua

    perifrica, la vieja baja nobleza muy afectada por la supresin del sistema seorial, principal

    soporte de su vivir econmico. De esta manera, con el establecimiento de un rgimen liberal, que

    implic la desaparicin de esos seoros, aquellos hidalgos vieron cmo su nico modo de

    supervivencia desapareca y caan, la gran parte de ellos, en la pobreza, de ah su gran resistencia

    y animadversin.

    Tambin influy notoriamente la actitud cada vez ms conservadora de una burguesa que, una

    vez logrado el poder e instalada en l, transform su inicial pensamiento liberal y progresista en

    un ideario muy conservador que nicamente se centr en la defensa de sus nuevos privilegios,

    adquiriendo este pensamiento conservador no slo la alta burguesa financiera sino tambin la

    nueva burguesa que se haba enriquecido con las desamortizaciones y que, una vez ricos y con

    poder, se dedicaron a defender su feudo de poder sin permitir una pizca de liberalismo ni

    1 Recordemos que en la Constitucin de 1812 se estableca una monarqua parlamentaria cuyos detalles

    estudiaremos en el apartado 4.1.

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    modernidad. Podramos llegar a decir que sucedi un trasvase de poder entre unas viejas clases

    privilegiadas que, progresivamente, fueron perdiendo su poder en pos de esa burguesa que

    adopt el rol que hasta aquella haban ejercido los estamentos privilegiados.

    Por ltimo, se produjo en estos momentos un pacto tcito entre las viejas y las nuevas lites con

    la finalidad de colaborar para instaurar un rgimen poltico conservador y moderado, motivado

    por dos razones principales; por un lado, la debilidad de las fuerzas liberales espaolas,

    francamente minoritarias, que necesitaron buscar apoyos para establecer un rgimen liberal,

    debiendo realizar importantes concesiones ideolgicas a cambio de que esas viejas clases

    privilegiadas, que seguan gozando del poder, apoyasen el proyecto poltico liberal. Pero adems,

    no debemos subestimar el mero afn de prosperidad nacional y, sobre todo, la bsqueda de un

    mtodo fcil y directo para obtener riquezas personales, de ah ese pacto entre las viejas y las

    nuevas lites.

    1.3 Factores explicativos de la quiebra de la monarqua absoluta

    1.3.1 Crisis de la monarqua

    Una de las causas principales que provocaron la desmembracin y desaparicin de la monarqua

    absoluta como forma de gobierno en la Corona espaola fue la dursima crisis que afect a la

    propia monarqua de los Borbones, que a finales del siglo XVIII padeca una crisis sistmica, grave

    sino crnica y que afectaba a todos los mbitos de la monarqua y de la vida, destacando

    especialmente la existencia de una dursima crisis hacendstica que condicion absolutamente

    todo lo dems.

    As, nos encontramos con un Tesoro casi quebrado y cuya falta de liquidez se deba al

    estancamiento de los ingresos y la duplicacin de los gastos a causa de la poltica britnica de

    intervencin en las colonias espaolas, que oblig a Espaa a incrementar los gastos destinados a

    la defensa colonial, llevando a cabo una serie de desastrosas empresas militares con las que

    Espaa pretenda demostrar que segua jugando un rol destacado en la poltica europea. Alentado

    por esta idea, la Corona espaola se ali militarmente con Francia e inici una poltica blica muy

    costosa que sec la Hacienda y que no tuvo ningn reflejo prctico debido a lo atrasado del

    ejrcito espaol, que cay reiteradamente derrotado frente a la flota inglesa, desapareciendo de

    esta manera toda la Armada que hasta aquel momento se haba empleado para defender los

    territorios coloniales.

    1.3.2 Crisis de Espaa como potencia colonial

    Derivado y relacionado con el punto anterior, vive el pas en estos momentos una dura crisis

    como potencia colonial cuyos orgenes venan de mucho tiempo atrs, debido a la incapacidad del

    ejrcito espaol de recuperar una serie de territorios perdidos en ultramar a lo largo de la dcada

    de los aos 90, con la nica excepcin de la isla de Menorca, que s lograron reconquistar a los

    ingleses.

    Como ya indicamos en el punto anterior, la Corona espaola fue incapaz de defender a las

    colonias de los cada vez ms constantes y peligrosos ataques de los britnicos, que incluso

    llegaron a acosar con mucha dureza al Virreinato de la Plata, que sobrevivi polticamente dentro

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    del Imperio espaol no gracias al podero militar peninsular sino gracias a una serie de

    movimientos insurreccionales populares que expulsaron a los ingleses.

    Pero es que aparte, Espaa no slo tuvo que hacer frente al otro lado del Atlntico a los ataques

    de los ingleses sino que tambin tuvieron que sofocar, o intentarlo al menos, una serie de

    movimientos populares violentos, dirigidos por ciertos sectores sociales que se levantaron en

    armas contra la Corona por la poltica fiscal opresiva.

    1.3.3 Crisis econmico-social

    Por ltimo pero no por ello menos importante, el conjunto de Espaa se vio afectado por una

    dursima crisis econmica cuyas consecuencias tambin afectaron a la sociedad del momento.

    Los orgenes de aquella crisis se rastrean en una serie de fenmenos previos como el

    estancamiento econmico que se vena viviendo desde la ltima dcada del siglo XVIII y que se

    deba al altsimo crecimiento demogrfico que no casaba con la altsima tasa de desempleo que,

    indudablemente, desemboc en un freno en el consumo interior, lo que repercuti en unas

    familias cada vez ms pobres por la creciente fiscalidad, coincidiendo todas estas circunstancias

    negativas con un perodo climtico nefasto, encadenndose hambrunas, malas cosechas y

    epidemias que, a lo largo de cinco aos, diezmaron la poblacin y la

    produccin agrcola.

    Todas esas crisis coincidieron en el tiempo y desencadenaron en una

    situacin de autntica emergencia social, aumentando

    peligrosamente la poblacin errante y pobre, aumentando las

    rebeliones populares en contra de la fiscalidad, que se negaban a

    pagar, e incluso en contra de los diezmos eclesisticos, lo que

    demuestra el grado de desesperacin como para llegar a protestar

    contra una carga impositiva religiosa fuertemente instalada en un

    pas muy religioso. Es perfectamente comprensible que para que un

    individuo religioso, como poda ser un espaol decimonnico, se

    rebelase contra los diezmos tena que estar en el lmite mismo de la

    subsistencia.

    Con este panorama tan adverso, la monarqua de Carlos IV comenz

    a perder a sus apoyos tradicionales, la Iglesia y la nobleza, y a quedarse sin aquellos pilares que,

    desde tiempos inmemorables, haban servido para la construccin y el mantenimiento de la

    monarqua absoluta hispnica. Por lo tanto y debido a esa prdida de apoyos, la monarqua entr

    en una crisis poltica y dinstica principalmente a raz del rechazo de sus apoyos sociales a dos

    medidas impulsadas por los secretarios de la Corona que iban destinadas a la obtencin de

    recursos fiscales. Una de esas medidas implicaba un proceso de desamortizacin de las tierras

    eclesisticas, algo que despert el rechazo tajante de la Iglesia, mientras que la nobleza dej de

    apoyar a Carlos IV en el momento en que ste propuso la desaparicin de las viejas exenciones

    fiscales. Si a esta prdida de los grandes apoyos se les suma los levantamientos populares y la

    extrema pobreza de la gente y de la Hacienda Real, se explica el rpido deterioro de una

    monarqua absoluta que jams se pudo recuperar.

    2. La Guerra de Independencia

    Fig. 2 Retrato de Carlos IV.

  • 6

    2.1 Naturaleza de la guerra

    A lo largo del siglo XIX la Guerra de Independencia espaola fue promovida y defendida, por la

    misma monarqua, como una guerra popular, esto es, un levantamiento espontneo del pueblo

    con la finalidad de que los Borbones, sus monarcas, regresasen y ocupasen de nuevo el trono. De

    esta manera y con esta forma de entender el

    conflicto, se comprendera la guerra desde una

    perspectiva claramente propagandstica, buscndose

    reforzar la legitimidad de la monarqua a travs de esa

    idea de la Guerra de Independencia como un apoyo

    del pueblo a la dinasta reinante. De hecho, fue tal la

    campaa de propaganda que los monarcas

    impulsaron que hasta llegaron a fomentar la escritura

    de Historias oficiales en las que apareca reflejada esta

    idea del levantamiento popular como una expresin

    del amor incondicional del pueblo a sus soberanos.

    Sin embargo, los historiadores actuales han matizado

    esa concepcin popular de la guerra, que tampoco

    rechazan ya que es innegable. No obstante, han

    desmontado ciertas teoras falsas como el hecho de

    que el inicio de la guerra no fue ni tan inmediato ni tan espontneo, rechazndose la idea del 2 de

    Mayo de 1808 como punto de inicio del conflicto armado. S, es cierto que fue un acto simblico

    que agrand la mecha de la insurreccin pero es falso que hubiese sido el pistoletazo real puesto

    que apenas tuvo eco, debiendo esperar un mes para que las insurrecciones populares se

    expandiesen y generalizasen por todo el pas. Adems, se debe tener en cuenta y nunca ocultar el

    hecho de que varios de estos levantamientos fueron pagados de manera que tampoco podemos

    hablar de levantamientos populares voluntarios ya que, en ciertos lugares, habran sido

    contratados por algunos notables para levantarse en armas contra los franceses.

    Aparte, los motivos que desencadenaron en los motines fueron muy diversos y variables en

    funcin de la ciudad o del territorio. No es falso que no hubiera habido motines a favor de la

    vuelta de Fernando VII pero otros muchos motines populares estuvieron alentados por la mera

    desesperacin econmica popular e incluso algunas de estas insurrecciones surgieron siguiendo

    una tradicin insurreccional que se remontaba unos aos atrs y que consistan en motines

    populares contra la figura de Godoy, considerndose al favorito de Carlos IV y a los franceses

    como las dos caras de una misma moneda. Por lo tanto, no podemos hablar de unos motines

    nicamente inspirados por el ansia del pueblo por reinstaurar en el trono a Fernando VII.

    Aparte, el alcance territorial de los levantamientos inicialmente fue bastante limitado,

    circunscribindose bsicamente a las ciudades, especialmente a aqullas que albergaban

    funciones administrativas, como fue el caso de A Corua.

    No obstante y a pesar de las limitaciones que hemos indicado anteriormente, es innegable la

    dimensin popular del conflicto, ejerciendo un papel clave ese pueblo espaol que ser el

    primero en conseguir las primeras victorias efectivas contra los franceses, como fue la derrota

    Fig. 3 Clsico leo de Goya en el que refleja el levantamiento

    popular del pueblo de Madrid el 2 de Mayo, considerado tradicionalmente como el pistoletazo de salida de la Guerra de

    Independencia.

  • 7

    francesa en Girona o en Valencia, ciudades que resistirn en manos espaolas gracias a la

    voluntad y a la fuerza popular, no as al papel jugado por un ejrcito espaol que, para lograr la

    gran parte de sus victorias sobre los invasores, debi colaborar con el pueblo para propiciar una

    serie de victorias como, por ejemplo, la batalla de Bailn, en julio de 1808, un hito importante al

    obligar a los franceses a retroceder hasta el Ebro, rompindose por primera vez esa imagen de

    invencibilidad que los ejrcitos napolenicos se haban labrado en Europa, siendo los espaoles

    los primeros en derrotar a un ejrcito de Napolen.

    Pero no debemos nicamente ensalzar el valor del pueblo y del ejrcito espaol como factores

    explicativos de esas primeras victorias sobre los franceses, debiendo tener en cuenta los errores

    de clculo cometidos por un Napolen que haba considerado que la toma de Espaa sera un

    autntico paseo, sin encontrarse ningn tipo de resistencia. Que por qu pensaba eso? pues por

    una serie de circunstancias que el emperador francs haba tenido en cuenta para el diseo y

    planteamiento de la invasin de la Pennsula Ibrica. De esta manera, Napolen tuvo en cuenta la

    precariedad conocida de un Ejrcito espaol muy mal pertrechado y que no haba sufrido ningn

    tipo de proceso de remodelacin o modernizacin. Adems, tuvo en cuenta el malestar

    acumulado de un pueblo espaol muy acosado por las crisis, sopesando tambin el carcter

    colaboracionista de algunas autoridades que, temerosas de un levantamiento popular que

    derivase en un proceso revolucionario como el de la Revolucin Francesa, pactaran con Napolen

    la conquista de la pennsula sin conflictos armados.

    Por lo tanto, es perfectamente comprensible que, valorando esas circunstancias, el general

    francs creyese que la conquista de Espaa iba a ser bastante fcil, de ah que no destinase un

    gran nmero de tropas ni mucho menos sus tropas de lite. Sin embargo, sus planes fallaron y

    Napolen tuvo que replantearse la conquista de la pennsula, desplazndose l mismo al frente y

    dirigiendo la campaa de conquista.

    2.2 Fases de la guerra

    Conflicto armado particularmente largo, se distinguen diferentes fases comenzando con la

    primera de ellas, entre junio y octubre de 1808, caracterizada por ser el momento en el que los

    primeros planes de conquista rpida por parte de los franceses se vieron frustrados por la

    resistencia popular.

  • 8

    No obstante, con la retirada de los franceses al otro lado del Ebro se inicia la segunda etapa, que

    discurre entre noviembre de 1808 y el ao 1810, que coincide con la reaccin gala, que

    reconquista la mayor parte del territorio, principalmente gracias a la nueva estrategia de

    Napolen, que decidi reforzar sus ejrcitos peninsulares con nuevas levas y poniendo al frente

    de esos ejrcitos a sus mejores generales, llegando a acudir l mismo como ya indicbamos en el

    apartado anterior. Intent aplicar una guerra relmpago con la que derrotar a Espaa de un

    plumazo, recuperando de nuevo ese mito de invencibilidad, resarcindose de los errores del

    pasado. Sin duda, la nueva estrategia dio resultado y los franceses rpidamente ocuparon el

    conjunto de la Pennsula, incluso la mayor parte de Andaluca, un territorio especialmente

    levantisco y reticente a la presencia francesa, con la excepcin de Cdiz, llegando a caer incluso la

    ciudad de Sevilla donde se haba refugiado la Junta Central, que debi huir a Cdiz, desde donde

    organizara la defensa y reconquista de los territorios.

    La tercera fase, desarrollada entre

    1810 y 1812, fue el momento en que

    la difusin de la guerra de guerrillas

    propici la aparicin de una

    autntica guerra de desgaste que

    impidi al ejrcito francs culminar

    su conquista, principalmente al

    carecer del dominio sobre el mundo

    rural, donde se desarroll con

    mayor potencia el fenmeno

    guerrillero que posteriormente

    analizaremos.

    Partiendo de esas guerrillas y de esa

    maniobra de desgaste constante al

    ejrcito francs, se inicia definitivamente la ltima etapa de la guerra, entre 1813 y 1814, que se

    caracterizar por ser el momento en el que la ofensiva aliada termina por liberar al conjunto de

    Espaa.

    2.3 El fenmeno de la guerrilla

    Sin duda una de las claves ms importantes de la Guerra de Independencia, el fenmeno de la

    guerrilla surge en pleno conflicto y va cobrando progresivamente mayor importancia hasta

    alcanzar una dimensin muy importante, reflejando a las claras la dimensin popular de la guerra.

    Pero adems la guerrilla fue importante al colaborar con el ejrcito espaol para establecer una

    situacin de guerra total en Espaa, una situacin que permiti derrotar a los ejrcitos

    napolenicos, a los que no se les ofreca cuartel bajo ninguna circunstancia y que fue objeto de

    toda clase de asesinatos por parte del pueblo espaol.

    La guerrilla pronto comenz a cosechar importantes y tempranos xitos, especialmente en el

    Norte, llegando a haber ms de cincuenta mil guerrilleros aunque muy desigualmente repartidos,

    con unas unidades guerrilleras muy grandes pero tambin en otros lugares guerrillas muy

    pequeas de apenas treinta o cincuenta miembros. Por lo tanto, nos encontramos a mticos

    Fig. 4 Mapa en el que aparecen reflejadas las principales iniciativas de los franceses en su

    conquista de la pennsula.

  • 9

    guerrilleros como El Empecinado, el Cura Merino, Portier o Espoz y Mina

    que concentraban al 80% de los guerrilleros.

    Otro aspecto importante relacionado con la guerrilla fue la promulgacin

    de reglamentos de guerrillas por parte de la Junta Central del Gobierno.

    Creados muy pronto, el primero de ellos, anunciado en diciembre de

    1808, buscaba controlar a las guerrillas, poniendo

    de esta manera punto final a las deserciones de

    militares que abandonaban el ejrcito para

    ingresar en las guerrillas, promoviendo adems la creacin de nuevas

    unidades guerrilleras a partir de aquellas personas que no haban sido

    llamadas a filas todava. Posteriormente se promulg un nuevo edicto en

    el mes de abril de 1809 con el que se buscaba garantizar la eficacia de la

    lucha guerrillera contra el francs, estableciendo que la guerrilla deba

    organizarse coordinadamente con el ejrcito. Adems, tambin se dedic

    a fomentar la lucha guerrillera, legalizando la guerra de guerrillas, en un

    contexto muy peculiar en el que la guerrilla gallega comenzaba a

    cosechar sus primeros grandes xitos, esperanzando al conjunto espaol.

    En cuanto a los miembros de las guerrillas, eran fundamentalmente las

    clases populares, curiosamente aqulla que gozaba de un arraigo econmico, esto es, artesanos,

    labradores, gente que tena algo que defender y por lo que luchar. No obstante y a pesar de ese

    componente popular que engrosaba sus filas, la direccin de las guerrillas qued en manos de los

    sectores privilegiados, ya fuesen militares retirados, distintos cargos locales o, muy

    destacablemente, eclesisticos.

    2.3.1 El caso de la guerrilla gallega

    Merece mencin especial el caso de la guerrilla gallega, que cosech un xito enorme de manera

    heroica. Galicia estaba bajo control francs apenas desde enero de 1809 pero, como bien es

    sabido, el nervio gallego se encontraba en el mundo rural, que se levant en armas contra los

    franceses, especialmente en la Galicia meridional. Lo verdaderamente sorprendente de la

    guerrilla gallega fue el hecho de que liberaron la regin en escasos cinco meses sin que

    interviniese casi el ejrcito espaol, con la nica excepcin de aquellos ltimos momentos claves,

    como la batalla de Monte Sampaio.

    Adems, la victoria de la guerrilla sobre los franceses tuvo lugar en un momento de imparable

    avance francs, rompindose de nuevo con esa idea de la invencibilidad francesa, devolviendo la

    esperanza al pueblo insurrecto espaol con esta victoria decisiva.

    Como indicbamos anteriormente, el ejrcito ejerci un papel muy poco destacado en la

    liberacin de Galicia por la precariedad de las fuerzas armadas espaolas, muy mal pertrechado,

    careciendo incluso de alimento y de ropa con la que mantener a sus soldados, psimamente

    formados e incluso dirigidos, debido a la conocida venalidad de los cargos, desempeados por

    individuos que compraban frecuentemente los cargos militares. Para ms inri, se produjo en el

    mbito gallego una desercin crnica de soldados a favor de la guerrilla por la situacin precaria

    Fig. 5 Dibujo, a carboncillo, del Cura

    Merino, uno de los principales lderes guerrilleros.

    Fig. 6 Retrato de El Empecinado,

    otro de los grandes lderes guerrilleros espaoles.

  • 10

    del ejrcito, unindose a esas guerrillas al gozar de una movilizacin ms prxima y flexible,

    permitiendo as la compatibilizacin de la guerrilla con el trabajo agrario.

    3. El fenmeno del juntismo

    La otra gran manifestacin del carcter popular de la guerra de la Independencia, junto a la

    guerrilla, fue el fenmeno poltico como juntismo, basado en la creacin de juntas soberanas de

    gobierno local en aquellas ciudades que se haban levantado contra el dominio francs, teniendo

    como finalidad ltima el hacerse con el poder local e iniciar la guerra contra el invasor.

    El proceso insurreccional juntista fue generalmente el mismo en todos los lugares, padecindose

    en todos los territorios un proceso de formacin muy similar que comenzaba con un primer motn

    popular que tomaba el arsenal, obteniendo as armas para el pueblo el cual, armado ya tras la

    toma de los arsenales, depona a las viejas autoridades locales, incluso con actos de verdadero

    ensaamiento por parte de los insurrectos, para crear finalmente las Juntas Supremas de

    Gobierno Local, rganos de gobierno que, sin embargo y a pesar de que en principio expulsaban a

    las viejas autoridades privilegiadas, estaban formadas en muy alto porcentaje por viejos sectores

    sociales privilegiados, fundamentalmente clrigos y militares, reservndose normalmente la

    presidencia de dichas Juntas en manos de viejas autoridades locales aunque tambin hay que

    mencionar que, con el paso del tiempo, se vivi un retroceso del peso de esos privilegiados en los

    rganos juntistas.

    La razn de la disminucin de la influencia de sectores privilegiados en las Juntas se explica por

    varias razones. En primer lugar, normalmente siempre se sola dar una segunda oleada de

    motines que exigan, ahora s, un verdadero cambio en la composicin de las juntas a favor de los

    insurgentes. Adems, el populacho esperaba aquellos momentos propicios para perpetrar

    atentados contra esas viejas autoridades de manera que stas, acongojadas por la presin

    popular, terminarn por renunciar a los cargos, que van quedando en manos de los

    representantes de los insurgentes, lo que explica que los partidarios de reformas revolucionarias

    fueran ganando peso y libertad de accin, en detrimento de unos privilegiados cada vez con

    menor capacidad de accin vctimas del ambiente de presin, ejercida por el pueblo en armas.

    3.1 Formacin de la Junta Central

    El Juntismo fue avanzando rpidamente por toda la geografa espaola, articulndose una

    jerarqua que contaba, en su base, con las Juntas locales, organizadas y dominadas por Juntas

    regionales, provinciales e incluso, con el tiempo, un rgano central de gobierno: la Junta Central,

    establecida en Cdiz a partir de 1810 tras la prdida de la ciudad de Sevilla frente a los franceses.

    Dentro de esa Junta Central de Gobierno exista una corriente de opinin proclive al

    establecimiento de una regencia al ser la institucin que mejor representara, y con mayor

    respeto, los principios de la monarqua absoluta que, de iure, segua rigiendo polticamente

    Espaa.

    Sin embargo, finalmente termin imponindose en el seno de la Junta Central la opinin ms

    rupturista que apostaba firmemente por la convocatoria de unas Cortes Generales,

    extraordinarias y constituyentes.

  • 11

    3.2 Valor histrico del juntismo

    El mayor inters histrico que nos merece el juntismo como fenmeno poltico reside en el hecho

    de que result ser el acontecimiento rupturista por excelencia que permiti poner en marcha la

    revolucin liberal en Espaa. El porqu de la importancia vital del juntismo se explica por el hecho

    de que el surgimiento de estas juntas de gobierno autnomas impuls la degradacin final de las

    instituciones propias del Antiguo Rgimen al establecer una nueva estructura de gobierno

    rupturista con el pasado y organizada de abajo a arriba, siendo las Juntas Locales las que dotan de

    poder a sus superiores mediante la va de la delegacin, residiendo en aquellos rganos de

    gobierno locales el verdadero poder poltico.

    Adems, el juntismo se bas en la reasuncin de la soberana por

    parte del pueblo, siendo ese pueblo el configurador de los nuevos

    rganos de gobierno, reasumiendo el pueblo la soberana.

    3.3 Composicin ideolgica de la Junta Central

    Nos encontramos con tres grandes sectores ideolgicos, destacando a

    la derecha de todo el grupo de los absolutistas, encabezados por el

    viejo conde de Floridablanca, presidente de la Junta Central.

    Contrarios a la convocatoria de las Cortes, defendan un inmovilismo

    poltico total y absoluto, postura que perpetuarn durante la labor

    legislativa de Cdiz.

    Luego se encontraba el sector centrista, liderado por Jovellanos y formado por ilustrados

    reformistas que pretendan aplicar un programa de reformas de gran calado pero respetuosas con

    los principios de lo que Jovellanos conoca como la Constitucin Histrica de Espaa, tambin

    conocido como las Leyes Fundamentales del Reino, entre las que se encontraba el principio de la

    monarqua. Por lo tanto, los centristas pretendan reformar la monarqua absoluta pero sin que

    sta desapareciera.

    Por ltimo, en el ala izquierda de la ideologa juntista se encontraba el sector rupturista,

    encabezado por individuos como Calvo de Rozas o Quintana. Defensores de

    reformas de corte liberal, buscaban establecer un nuevo modelo de Estado y de

    sociedad, objetivo poltico que vean factible al considerar que, con las

    abdicaciones de Bayonne, la soberana haba pasado a la Nacin, expresndose

    esa soberana nacional a partir del juntismo, manifestacin de la voluntad

    rupturista del pueblo a ojos de los propios rupturistas que se encontraban

    dentro de la estructura poltica de la Junta Central.

    Cmo se lleg a la convocatoria de Cortes? Por la situacin de emergencia

    nacional, el debilitamiento poltico del sector absolutista tras la muerte de

    Floridablanca y por las reformas liberales acometidas por Jos I, que haca la

    zona ocupada ms atractiva para vivir que la propia zona insurrecta, de ah que

    se tuviesen que convocar las Cortes para llevar a cabo medidas que hiciesen

    ms atractivo el proyecto poltico insurrecto, y as ganar apoyos.

    Fig. 7 Conde de Floridablanca, presidente de la Junta Central y lder de

    los absolutistas.

    Fig. 8 Lorenzo Calvo de Rozas, uno de los lderes del sector rupturista.

  • 12

    Como colofn final, la Junta Central convoca las Cortes Generales, que se reunirn por primera

    vez en septiembre de 1810 en la ciudad de Cdiz, nica que escapaba del control directo francs.

    4. Las Cortes de Cdiz y la Constitucin de 1812

    Sin duda alguna, los orgenes e inicios de la Revolucin Liberal en Espaa se encuentran en la

    importantsima labor legislativa de las Cortes Generales de Cdiz, cuya obra ms importante y

    trascendental fue la promulgacin de la Constitucin de 1812, que permita el establecimiento,

    por primera vez en Espaa, de un rgimen poltico, social y econmico liberal.

    Pero, en primer lugar, debe llamar la atencin la implantacin de un rgimen liberal si tenemos en

    cuenta la minora cuantitativa que eran los liberales y su carcter casi marginal dentro de la

    poltica espaola del momento, en la que los viejos privilegiados seguan gozando de gran fuerza e

    influencia al conservar las fuerzas de produccin que haban sido tradicionalmente suyas. Pero

    adems, seguan copando la Administracin del Estado e incluso la antigua mentalidad

    privilegiada segua vigente y los liberales no haban logrado derribar los residuos de esa sociedad

    antigua en la que la nobleza y la Iglesia jugaban un papel tan determinante.

    Otro problema al que tuvo que hacer frente las Cortes de Cdiz fue la composicin social de las

    mismas Cortes ya que en ellas haba una elevada presencia de miembros de sectores

    privilegiados2. No obstante y a pesar de esa composicin social en la que tanto pesaban los

    sectores privilegiados, la mayor parte de los diputados eran ideolgicamente partidarios de tomar

    y llevar a cabo medidas rupturistas y prximas al liberalismo. Esto se explica por el hecho de que,

    nunca jams, la condicin socioprofesional condiciona la orientacin ideolgica de un individuo.

    Pero adems, tambin debemos tener en cuenta que la guerra impidi la eleccin de diputados

    en sus territorios, escogindose por lo tanto los miembros oriundos de aquellos territorios que

    residan en Cdiz, lugar de reunin de las Cortes y una de las ciudades ms cosmopolitas y

    liberales de toda Espaa. Esta circunstancia explica que, por ejemplo, un diputado gallego en las

    Cortes era liberal y no tena por qu vivir en Galicia sino que, incluso al revs, sera un gallego

    residente en Cdiz.

    4.1 La obra de las Cortes de Cdiz

    La principal medida acometida por las Cortes de Cdiz fue la desmantelacin del Antiguo Rgimen

    o, al menos, la voluntad de desmantelarlo ya que la eliminacin no fue exitosa del todo. As,

    pronto se promulgaron las primeras medidas que iban encaminadas a terminar con el mundo y las

    instituciones del absolutismo, proclamando la libertad de imprenta, aboliendo los seoros, en

    agosto del 1811, o el decreto de la abolicin de la Inquisicin, uno de los debates ms duros y

    largos por la presencia numerosa de clrigos en las Cortes, lo que propici que ese debate se

    dejara para el final, evitando as problemas en el seno de unas Cortes muy ocupadas con la

    redaccin del texto constituyente.

    Aparte, las sesiones de Cortes no estuvieron exentas de conflictos y dificultades pues el bloque

    reaccionario se organiz con la finalidad de boicotear todas las iniciativas legislativas, alargando

    tontamente los debates e intentando dilatar el proceso constituyente para evitar la redaccin de

    la Constitucin, que finalmente s se promulg.

    2 Sirva como clara referencia el hecho de que de trescientos diputados, cien eran clrigos.

  • 13

    4.1.1 La Constitucin de 1812

    Inspirada en el constitucionalismo francs, se evit sin embargo convocar o invocar esa influencia

    gala en el texto constitucional por la mala fama de los del pas vecino en la Espaa del momento,

    evitando mediante la omisin a los franceses que los reaccionarios inmovilistas pusieran el grito

    en el cielo y llevasen a cabo acciones delictivas. Esta tentacin de no semejarse a los textos

    constitucionales franceses que, sin embargo, s

    sirvieron como inspiracin para la redaccin de

    la Constitucin explica la falta de una

    declaracin de Derechos fundamentales si bien

    es cierto que esos derechos se defienden y se

    estipulan a lo largo del texto constitucional, de

    manera dispersa e individualizada a lo largo de

    la extensa y minuciosa Constitucin, aspecto

    que nos habla sobre su corte progresista.

    Sin duda alguna, aquella Constitucin extensa y

    minuciosa revela un alto grado de progresismo

    mientras que las breves suelen denotar

    moderantismo poltico. Y la extensin de la

    Constitucin de Cdiz no es casual sino que

    muestra a las claras el rgimen poltico que intenta implantar, un rgimen liberal de monarqua

    parlamentaria, ms avanzada sin duda que una monarqua constitucional. Aparte, en Cdiz se

    promulga sin matices el principio de la soberana nacional y el de la separacin de poderes, que

    incluso se profundiza ms con la preeminencia que cobra el Parlamento frente a los otros dos

    grandes poderes polticos. En tercer lugar, podemos mencionar la figura del monarca, que se

    conforma como un mero poder delegado y sometido al Parlamento.

    4.1.2 Las Cortes

    Se instaura un sistema de Cortes representativas, elegidas en base a un sistema de sufragio

    universal masculino indirecto y con un fuerte carcter autnomo en lo relativo al funcionamiento

    del parlamento, que se configur como un poder independiente que se poda convocar sin

    necesidad de que el Rey diese la orden y sin que ste tampoco pudiera intervenir en el ritmo y la

    vida de las Cortes.

    De hecho, se lleg a determinar un grado de autonoma tan grande que incluso se explicitaba en

    la Constitucin que quedaba terminantemente prohibido que el monarca estuviese presente en el

    hemiciclo durante las deliberaciones parlamentarias.

    Por otro lado, los mandatarios parlamentarios eran breves, convocndose elecciones cada dos

    aos con la finalidad de fomentar la participacin ciudadana en la vida poltica espaola.

    Fig. 9 Ejemplar de la Constitucin de 1812.

  • 14

    Por ltimo, podemos mencionar el carcter unicameral3 de unas Cortes que gozaban de amplios

    poderes, con poder de decisin incluso en materia sucesoria.

    4.1.3 La figura del monarca

    Como ya indicbamos anteriormente, se trataba de un poder delegado y muy controlado por

    parte del Parlamento. En Cdiz se rechaza tajantemente la concepcin patrimonialista de la

    Corona y el rey queda relegado a ser el mero titular del poder ejecutivo, restringindosele sus

    poderes en gran medida de manera que, si bien conserv la iniciativa legislativa, requera del

    refrendo de sus ministros, sometidos asimismo al control penal de las Cortes.

    El monarca bajo el rgimen de Cdiz gozaba de poder de veto pero con un carcter limitado,

    pudiendo nicamente ejercerlo durante dos aos, sometindosele por parte del Parlamento a

    una fuerte vigilancia que incluso lleg hasta el lmite de prohibrsele al rey ausentarse del pas sin

    permiso explcito de la Cmara legislativa.

    4.1.4 Nueva ordenacin del territorio

    De acuerdo con los principios del liberalismo, se impulsa desde las Cortes de Cdiz una

    reordenacin territorial que obedeca a criterios como el racionalismo o la uniformizacin del

    territorio. Inspirndose de nuevo en el modelo francs, se anuncia la divisin del territorio en

    provincias, dirigidas por jefes polticos y con las diputaciones como rganos representativos de

    dichas provincias.

    Aparte, tambin se intentar acometer una reorganizacin del poder local en municipios,

    establecindose el carcter electivo de los alcaldes, que gozarn de amplias prerrogativas y

    autonoma, elegidos en funcin de un sistema de sufragio universal masculino indirecto, idntico

    al utilizado para la confeccin de las Cortes.

    No obstante, todo el proyecto legislativo y poltico de Cdiz se termina resquebrajando con la

    vuelta en 1814 del hijo de Carlos IV y nuevo rey de Espaa, Fernando VII, finalmente liberado por

    Napolen tras haber perdido ste la Guerra de Independencia. Una vez en Espaa, Fernando hizo

    tabula rasa de todo lo iniciado por Cdiz y restableci el absolutismo, como veremos a

    continuacin.

    5. De la Restauracin absolutista a la revolucin liberal de 1836

    A pesar de la proclamacin del rgimen poltico liberal a raz de la Constitucin de Cdiz de 1812,

    el nuevo sistema poltico apenas sobrevive dos aos debido a que, en el 1814, regresa a Espaa el

    sucesor de Carlos IV, su hijo Fernando VII. La vuelta de El Deseado, como lo llamaban sus

    partidarios absolutistas, desencaden una lucha a muerte entre absolutistas y liberales que

    termin desencadenando en una alternancia constante de gobiernos absolutistas y liberales hasta

    el ao 1836, momento en el que se instala definitivamente el liberalismo como rgimen poltico,

    no sin grandes dificultades y, sobre todo, sacrificios por parte de los liberales, que debieron

    renunciar a varias ideas de su pensamiento liberal para propiciar el establecimiento del

    liberalismo poltico, slo posible si se lograba una alianza con los viejos sectores privilegiados.

    3 Propio del primer liberalismo ms temprano si bien con el tiempo y fruto de la alianza entre liberales y

    viejas clases privilegiadas se pasar a un modelo bicameral, con una Cmara Alta y una Cmara Baja.

  • 15

    5.1 El Sexenio Absolutista

    Se inicia la historia del reinado fernandino con el regreso del monarca a la Pennsula en el 1814

    tras haber sido reconocido por Napolen como el rey legtimo de Espaa, permitindole regresar

    y tomar posesin de su trono, una vez que el emperador francs ya haba sido totalmente

    derrotado en la Guerra de Independencia.

    Una vez en Espaa, en un primer momento Fernando acept y prometi defender y respetar el

    rgimen liberal, pasando a actuar como un mero monarca

    constitucional sin apenas poder, como se le defina en la

    Constitucin de 1812. Las Cortes, sin embargo, no aceptan la

    misiva del monarca en la que haca esa declaracin de buenas

    intenciones y envan al Consejo de la Regencia a la frontera

    francesa para asegurarse que, tan pronto como Fernando VII

    entrase en Espaa, jurase la Constitucin y se trasladase a la

    capital siguiendo un itinerario marcado especficamente por el

    gobierno, para que no se desviase o tuviese la tentacin de

    reunirse con algn aliado poltico suyo.

    5.1.1 La toma del poder por Fernando VII

    Evidentemente, la carta de Fernando VII no era ms que una

    treta poltica que le asegurase la entrada en el pas sin que sus

    potenciales aliados, los sectores absolutistas, perdiesen

    libertad de accin y no pudiesen concretar el golpe de mano

    que el rey estaba planeando y que llev a cabo en cuanto tuvo

    una mnima oportunidad, pronuncindose pblicamente a favor de la Restauracin del sistema

    poltico absolutista.

    As, se pronuncia a favor del Manifiesto de los Persas, un documento firmado

    por los absolutistas en el que reclamaban la vuelta de la monarqua absoluta

    en su aspecto ms tradicional. Con este panorama, Fernando abandona

    Madrid y se traslada a Valencia, ciudad en la que se rene con los

    conspiradores absolutistas para terminar de disear el golpe de mano que

    posibilitara el retorno del absolutismo como forma de gobierno, rompiendo

    as el juramento hecho por Fernando VII y basado en mentiras.

    Finalmente el golpe de mano se materializ el 4 de Mayo de 1814, momento

    en el que el rey promulga un decreto en el que declara absolutamente nulo

    todo el valor constituyente de Cdiz y permite al ejrcito que tome las

    Cortes, que las cierre y que encarcele a los liberales ms conocidos del pas.

    Por ltimo, forma el primer gobierno absolutista que da inicio a la primera

    fase de su reinado, que se conoce con el nombre de Sexenio Absolutista.

    5.1.2 Caractersticas del Sexenio Absolutista

    El Sexenio Absolutista se caracteriza por ser una reinstauracin rigorista y

    plena del Antiguo Rgimen, restablecindose desde la Inquisicin hasta el

    Fig. 10 Retrato de Fernando VII, rey de Espaa entre 1814 y 1833.

    Fig. 11 Portada del Manifiesto de los

    Persas, documento en el que los polticos absolutistas abogaban por el retorno al absolutismo como forma de gobierno.

  • 16

    sistema seorial, recuperando y reinstaurando todas las instituciones propias del Absolutismo,

    que haban sido anuladas por el liberalismo gaditano pero que son recuperadas ahora por el

    monarca aunque ya muchas de ellas fuesen incompatibles con los nuevos tiempos polticos que

    viva Europa.

    Adems, se impone en estos momentos una prctica de gobierno arbitraria, rodendose el

    monarca de una camarilla de absolutistas que lleg a tener ms influencia en el soberano que sus

    propios secretarios de gobierno.

    Por ltimo, podemos destacar al Sexenio como la etapa en la que se inicia la primera campaa de

    fuerte persecucin contra los liberales, producindose, a causa de esa represin, el primer gran

    xodo poltico por parte de los liberales, que huyen principalmente a Inglaterra y a Francia.

    Econmicamente, es ste un perodo de grandes dificultades para la Hacienda espaola, casi

    quebrada por las gigantescas deudas de la monarqua que haban aumentado a causa del esfuerzo

    econmico que el gobierno juntista debi llevar a cabo para la defensa del pas frente al invasor

    francs. Pero es que la crisis hacendstica no slo era causa del esfuerzo blico sino que adems el

    Tesoro vivi un autntico desplome de los ingresos fiscales por la destruccin constante de

    cosechas agrcolas4 y por el cese del comercio americano, que se haba visto interrumpido con el

    surgimiento de los primeros movimientos independentistas en el continente americano.

    En estos aos que van desde 1814 hasta 1820, el pas estaba fuera de cualquier posible crdito

    concedido por un socio europeo, entre otras razones por la negativa terca y obtusa de Fernando

    VII de acometer reformas fiscales que le permitiesen subsanar las deudas contradas. Pero la

    negativa no era un acto infantil sino que tena una razn de ser meramente poltica ya que la

    reforma fiscal que el monarca deba llevar

    a cabo implicara la supresin de los

    privilegios del clero y de la nobleza,

    principales soportes del gobierno

    absolutista fernandino.

    Aparte, en este momento exista una

    enorme inestabilidad poltica y

    ministerial, especialmente en el cargo de

    secretario de Hacienda. De hecho, fue tal

    la inestabilidad de ese cargo que, en

    apenas seis aos de gobierno, hubo hasta

    nueve secretarios diferentes, cesados

    constantemente por el capricho del monarca, que buscaba a alguien que le solucionase las

    deudas sin que tuviese que aprobar ningn tipo de reforma fiscal.

    En esa categora de secretarios de Hacienda destaca principalmente Martn de Garay, que intenta

    llevar a cabo un programa reformista fallido que inclua una desamortizacin de los bienes

    4 Recordemos que Espaa en aquel momento, y durante todo el siglo XIX, era un pas cuya economa dependa fundamentalmente de la agricultura, de ah las consecuencias negativas que tuvo la destruccin de cosechas en la Hacienda espaola.

    Fig. 12 Mapa de los principales levantamientos militares que tuvieron lugar

    durante el Sexenio Absolutista.

  • 17

    eclesisticos y una reforma fiscal en la que se especificaba que todos los sectores sociales deban

    colaborar con el Tesoro real.

    Por ltimo, podemos mencionar la actividad de aquellos liberales que haban permanecido en el

    pas y se dedicaban a fomentar actos insurreccionales, sobre todo pronunciamientos militares

    llevados a cabo por ciertos sectores del ejrcito. Sin duda alguna, el pronunciamiento se convirti

    en una constante a lo largo del siglo XIX y casi la nica manera de que los liberales alcanzasen el

    poder. Si tuvisemos que citar los levantamientos militares ms importantes de esta poca,

    podemos mencionar el de Espoz y Mina en 1814, el de Porlier en A Corua en 1815 o el de Del

    Riego de 1820, que finalmente triunf, posibilitando la cada del Sexenio Absolutista, no sin

    dificultades. No obstante y a pesar de esas dificultades, el pronunciamiento de Del Riego resulta

    victorioso y el rey se ve forzado a promulgar un manifiesto en el que se pronuncia absolutamente

    favorable a la instauracin de un rgimen liberal en Espaa, realizando un acto de verdadero

    cinismo poltico.

    5.2 El Trienio Liberal

    Tras el triunfo del pronunciamiento militar de Del Riego en 1820, se restablece la Constitucin de

    Cdiz y el rgimen liberal. Acto seguido, se forma una Junta de Gobierno Provisional que ordena

    la liberacin de todos los presos polticos, restituyendo en su cargo a todos aquellos individuos

    que, por su condicin ideolgica, haban sido apartados de la administracin, formndose

    finalmente un ejecutivo que ha pasado a la Historia con el nombre de el gobierno de los

    presidiarios al estar formado principalmente por aqullos que haban huido del pas o haban

    sido encarcelados por las autoridades fernandinas.

    Retomando el camino abierto por Cdiz, se inician las reformas pendientes que aparecan

    enunciadas en la Constitucin de 1812, destacando algunas como la reforma del clero, que

    inclua la disolucin de todas las

    rdenes monsticas, o la reforma

    del rgimen de propiedad, formada

    por varios proyectos y decretos

    como el de la Desamortizacin, la

    abolicin de los seoros y la

    abolicin de los mayorazgos.

    Adems, se crea en esta poca la

    Milicia Nacional, un cuerpo cvico

    militar que ya haba sido

    proyectado en el texto

    constitucional gaditano pero que no

    se haba llevado a la prctica por la brevedad del rgimen poltico liberal. La finalidad de este

    cuerpo era la de dar seguridad al rgimen liberal frente a posibles conspiraciones por parte de los

    absolutistas. De carcter descentralizado, la base de la gran Milicia Nacional eran las pequeas

    milicias locales, dirigidas por los ayuntamientos y formadas por voluntarios.

    Fig. 13 Mapa en el que se describe el camino realizado por el ejrcito francs que restaur en el trono a Fernando VII en 1823.

  • 18

    Sin embargo y a pesar de la intensa labor legislativa del Trienio Liberal, el rgimen poltico cay en

    el mes de Septiembre de 1823, con una enorme facilidad, tras la intervencin militar del ejrcito

    francs de Los Cien Mil Hijos de San Lus, dirigido por el Duque de Angulema.

    5.2.1 Causas de la cada del Trienio Liberal

    A pesar de que la intervencin militar francesa fue decisiva para la cada del Trienio Liberal, la

    cada poltica de este perodo no se puede explicar recurriendo nicamente a la intervencin

    extranjera. Hubo una serie de factores internos que propiciaron la cada del rgimen liberal.

    En primer lugar, podemos mencionar la propia divisin que vivan los liberales, fuertemente

    enfrentados entre s y organizados en torno a dos grandes grupos polticos; por un lado estaban

    los doceaistas, liberales moderados que solicitaban y defendan reformar la Constitucin de

    Cdiz para moderarla en su contenido y en sus objetivos.

    Pero frente a estos doceaistas se levantaban los

    exaltados, liberales radicales que tomaron el poder en el

    ltimo tramo del Trienio Liberal y que defendan la

    integridad de la Constitucin de 1812, exigiendo incluso ir

    ms all. Apoyados por las masas populares urbanas, los

    exaltados emplearn ese apoyo popular para movilizar

    contra los gobiernos doceaistas, movilizndolos a travs

    de la prensa y de las Sociedades Patriticas, clubs de

    debate poltico que se reunan en torno a cafs.

    A esta confrontacin entre los grandes grupos liberales se

    sumaba el acoso constante ejercido por los absolutistas,

    centrados en una campaa de acoso y derribo contra el rgimen liberal. Fue tal ese ataque contra

    el liberalismo que incluso se gener una situacin de guerra civil encubierta, formndose fuerzas

    paramilitares como los Ejrcitos de la Fe, organizados y financiados fundamentalmente por la

    Iglesia, principal interesada en la vuelta al absolutismo poltico por el hecho de que con el

    liberalismo perda gran parte de su patrimonio y sustento econmico. Pagados por la Iglesia y por

    grandes figuras nobiliarias, esos ejrcitos estaban formados por campesinos pagados que se

    dedicaban a actuar violentamente en aquellos lugares que les era sealado por sus lderes.

    Por ltimo, pero no por ello menos importante, debemos mencionar la propia hostilidad de un

    campesinado muy decepcionado y enfadado con el rgimen por la especial incidencia negativa

    que haba tenido la poltica econmica liberal en la economa campesina espaola. Empobrecidos,

    este campesinado rpidamente comenz a levantarse en armas contra el gobierno, bien bajo la

    bandera de los Ejrcitos de la Fe o bien bajo la forma de insurrecciones populares.

    Sin duda alguna, todas estas circunstancias que hemos descrito brevemente explican que la

    intervencin militar francesa propiciase la definitiva cada de un rgimen poltico debilitado y

    aquejado por varios conflictos internos que haban llevado al pas a una situacin de caos interior.

    5.3 La Dcada Ominosa

    Tras la cada del Trienio Liberal en el 1823, las grandes potencias europeas restablecen en el

    trono espaol a Fernando VII, que reinstaurar de nuevo el absolutismo como forma de gobierno.

    Fig. 14 Cuadro en el que aparece retratado el ejrcito de Los Cien Mil Hijos de San Lus.

  • 19

    Conocida como Dcada Ominosa, durar hasta la muerte del monarca en el ao 1833 y se

    caracterizar este perodo por ser una poca de terror social en la que se llevaron a cabo

    numerossimas purgas sociales cuyo objetivo era terminar, extirpando de raz, con todo lo

    relacionado con lo liberal. As, para aniquilar al liberalismo, los ultrarrealistas, el gran apoyo de

    Fernando VII en el trono, defensores de un inmovilismo poltico frreo e inamovible, llevarn a

    cabo una purga no tanto social sino ms bien organizativa, realizando purgas en la

    Administracin, que fue vigilada para evitar que hubiese en ella siquiera un mero simpatizante

    liberal.

    En cuanto a la purga social, fue realizada fundamentalmente por la Iglesia, que lo realiz a travs

    de los Ejrcitos de la Fe, que pasaron de ser cuerpos paramilitares a convertirse en ejrcitos

    particulares que las autoridades eclesisticas usaban como adoctrinamiento violento, ordenando

    purgas sociales que incluso incluan matanzas a gran escala de liberales a manos de turbas

    populares, alentadas por los eclesisticos. Tambin se encargaron de aniquilar todas las

    plataformas de organizacin y difusin de ideas prximas al liberalismo, establecindose una

    rgida censura y campaa de eliminacin de la prensa y de las Sociedades Patriticas que, hasta el

    momento, haban sido los principales baluartes del liberalismo espaol.

    El otro gran rasgo de la poca fue el hecho de que, a pesar de los deseos de los ultrarrealistas, en

    este momento el restablecimiento del absolutismo como forma poltica no se realiz de la misma

    manera que durante el Sexenio Absolutista pues en este momento el rey y sus colaboradores

    tuvieron que aceptar una serie de reformas impuestas por Europa con el objetivo de dulcificar el

    rgimen para evitar levantamientos liberales que pudiesen expandirse por el resto del continente.

    As, ordenado por las grandes naciones europeas a las que les deba el trono, Fernando VII

    decret un indulto general en 1824, suprimi definitivamente la Inquisicin, apart del poder a

    los ultrarrealistas y llev a cabo alguna reforma fiscal y hacendstica as como tambin proyect

    una nueva ordenacin del territorio de la Corona.

    Sin embargo, se ha de tener en cuenta que el monarca, contrario a cualquier tipo de reforma que

    se pudiese asemejar al liberalismo, ide toda una serie de mecanismos prcticos que

    condicionaron que las reformas llevadas a cabo bajo presin europea se convirtieran en papel

    mojado, careciendo de aplicacin en la realidad. As, apenas hubo indultados, la Inquisicin fue

    sustituida por una superintendencia encargada de la represin poltica, incluso con tribunales

    diocesanos que se encargaban de la persecucin de clrigos liberales y de fomentar la censura

    cultural. En este sentido, el rey orden a uno de sus secretarios, Calomarde, que idease una

    reforma educativa cuya finalidad fue la de recristianizar la enseanza, cerrndose aquellos

    centros no-religiosos. En el mbito universitario tambin se vivi un increble retroceso al obligar

    que las diferentes universidades y centros de estudios superiores se rigieran bajo un plan

    educativo del ao 1771.

    5.3.1 El incipiente problema de los carlistas

    Pese a que el monarca no tena ninguna intencin de que su reinado derivase en un rgimen

    liberal, se vio forzado a llevar a cabo alguna mera reforma, aunque slo fuera en el plano terico,

    que no content en absoluto a sus principales apoyos, las fuerzas ultrarrealistas, las cuales,

    reunidas en torno a Carlos M Isidro y la alta jerarqua eclesistica, comenzaron a organizarse

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    como un corriente de oposicin a lo que ellos consideraban una deriva liberal de Fernando VII.

    Agrupados en el Partido Apostlico, en el 1826 empiezan ya a llevar a cabo acciones

    antisistema, decantndose por el infante Carlos como sustituto de Fernando, derivando

    progresivamente hacia actitudes insurreccionalistas, si bien todava slo a modo de presin, para

    que el rey cambiase su modo de actuar y reinar.

    El resultado de esas posturas insurreccionalistas fue el levantamiento de los Malcontents en 1826,

    que se extendi por regiones colindantes. A partir del 1827, ya se consagraron como una

    verdadera fuerza antisistema, preparando incluso una insurreccin general en toda Espaa para

    deponer a Fernando e instaurar en su lugar a su hermano, el infante Carlos. La razn de esos

    planes fue la, a su juicio, excesiva represin sobre los malcontents y por la decisin del monarca

    de que su sucesora fuera su heredero natural, fuera nia o nio. Para ello, aboli la Ley Slica y

    una vez nacida Isabel, fue nombrada Princesa de Asturias, cerrndose las puertas para los

    carlistas, que vean como sus intentos de coronar a Carlos se desmoronaban de un golpe.

    En el verano de 1832 tuvieron lugar los sucesos de La Granja, que consistieron en una

    estratagema poltica de unos carlistas que, aprovechndose de un monarca agnico y una regente

    dbil, lograron la anulacin del decreto de la Ley Slica,

    aprovechndose del estado moribundo de un rey que crean que

    no se recuperara. Desgraciadamente para ellos, Fernando VII se

    recuper, enmend el error de Mara Cristina, que haba

    aceptado las presiones carlistas, y le dio ms fuerza a su

    decisin de que le sucediera su hija Isabel al convocar las Cortes

    para que stas la proclamasen como heredera legtima y su

    sucesora en el trono.

    5.4 Muerte de Fernando VII y ascenso de Isabel II

    Finalmente, el rey Fernando VII fallece el 29 de septiembre de

    1833 y es sucedido en el trono real por su hija y sucesora, Isabel

    II, que gobernar durante la primera etapa de su reinado bajo un

    rgimen de regencia al haber heredado el trono con apenas tres

    aos de edad. En esta primera poca en la que el gobierno

    estar en manos de la viuda del monarca, Mara Cristina, tienen

    lugar tres grandes sucesos, muy importantes para la futura vida

    poltica espaola. Por un lado, la Guerra Carlista entre 1833 y

    1840, lo que condicion la alianza de la regente con los sectores

    reformistas, que no liberales, para consolidar a su hija en el trono, intentndose captar a los

    liberales a travs de una serie de concesiones formales al liberalismo que terminaran diseando

    el rgimen poltico imperante en esta poca, organizado por el Estatuto Real, que da nombre a

    esta etapa del reino isabelino.

    5.4.1 El rgimen del Estatuto Real

    Tendr una vigencia relativamente breve, durando nicamente dos aos, pero tendr una gran

    importancia poltica al estar a medio camino entre el liberalismo y el absolutismo, si bien mucho

    ms prximo al absolutismo tal y como se observa en los postulados redactados en el texto

    Fig. 15 Retrato de la monarca Isabel II en su

    infancia, cuando ya era nominalmente la reina de Espaa.

  • 21

    fundacional del Estatuto, una autntica Carta Otorgada, en el que no se mencionan rganos

    caractersticos del liberalismo poltico como las Cortes. Adems, este Estatuto Real, como hemos

    dicho anteriormente, no es un texto constituyente, requisito

    indispensable para hablar de un rgimen poltico liberal. Aparte, fue

    redactado de manera unilateral por la regente y se trata de un

    documento muy breve que se centra en el diseo de unas Cortes,

    sin prestar mayor atencin a cualquier otro asunto. Por ltimo,

    tambin podemos destacar el empleo de terminologa propia del

    Antiguo Rgimen como indicio del carcter ms prximo al

    absolutismo que al liberalismo del Estatuto Real, que se aprobar

    en el ao 1834.

    Segn lo establecido en el documento, se convocaban una especie

    de Cortes, hbridas entre las estamentales y las liberales, que

    conservan en gran medida los caracteres bsicos de las absolutistas,

    especialmente visible esa vigencia en la Cmara Alta, no electiva y

    formada por los estamentos privilegiados de la sociedad espaola

    del momento, bien Grandes de Espaa o bien arzobispos u obispos as como tambin aquellos

    nobles escogidos personalmente por el monarca en funcin de su riqueza personal y de sus

    servicios a la Corona.

    En cuanto a la Cmara Baja, sta s era electiva pero con unas condiciones muy restrictivas,

    especificndose por ejemplo que los candidatos a formar parte del hemiciclo deban poseer un

    alto nivel de fortuna y eran elegidos a travs de un sufragio censitario muy restringido e indirecto,

    con apenas diecisis mil electores.

    Aparte, estas Cmaras eran rganos meramente consultivos que nicamente servan para votar

    impuestos y aprobar las propuestas del monarca, careciendo de iniciativa legislativa y poseyendo

    nicamente el derecho de peticin. An por encima, eran Cmaras de convocatoria regia que

    podan ser suspendidas en el momento en que la regente lo deseara.

    No obstante y a pesar de lo extremadamente restrictivo del rgimen, este Estatuto Real tiene un

    mrito poltico al abrir una transicin hacia el establecimiento del liberalismo poltico, abrindose

    los cauces que permitiran la progresiva y paulatina reforma poltica espaola que terminara

    desembocando en la aparicin del liberalismo, cuyo advenimiento se acelerar bajo los gobiernos

    liberales de 1835 y 1836.

    5.4.2 Factores que explican el Estatuto Real

    Histricamente puede resultar muy extrao y difcil de entender que una monarca tan absolutista

    como Isabel II, y su madre la viuda de Fernando VII, aceptasen el establecimiento de un rgimen

    liberal en Espaa, un pas que adems era hasta cierto punto reticente al establecimiento de

    dicho rgimen poltico por el peso enorme de los sectores privilegiados y por el carcter incluso

    marginal de los sectores liberales. No obstante y como sabemos, finalmente se estableci el

    liberalismo, con una serie de salvedades y particularidades que sern explicadas con posterioridad

    y que condicionarn al rgimen poltico espaol como nico en Europa entera. La principal razn

    que explica el establecimiento del liberalismo en el poder fue el peligro cada vez mayor que corra

    Fig. 16 Portada del Estatuto Real.

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    la nueva reina en el trono espaol por el peligro constante representado por los carlistas, que

    avanzaban sin que el ejrcito real pudiera frenarlos, llegando a ocupar y a hacerse fuerte esos

    carlistas en ciertas zonas como Catalunya o las Vascongadas. Pero a es que adems, al problema

    de los carlistas se le sumaba un ambiente insurreccional callejero potenciado por los liberales, que

    fomentaban constantemente las algarabas y la violencia con la finalidad de desestabilizar el trono

    y lograr el establecimiento definitivo del liberalismo en Espaa.

    Ante esta situacin de casi emergencia nacional, Mara Cristina, junto al gobierno, opt por un

    cambio estratgico para aliarse con los liberales y as

    terminar de una vez por todas con la conflictividad

    general en la que estaba sumida la Espaa que ella

    controlaba. De esta manera y fruto de este acercamiento

    a los liberales, se forman los primeros gobiernos

    liberales, integrados fundamentalmente por doceaistas

    aunque en 1835 se forma un nuevo gobierno dirigido por

    un antiguo exaltado, Mendizbal, que pedir llevar a

    cabo un programa de reformas liberales a cambio de que

    los liberales renunciasen a parte de sus objetivos,

    concediesen mayores prerrogativas al Rey y aceptasen,

    por ejemplo, el bicameralismo, tomndose como

    referencia el modelo liberal ingls. Esta tctica de

    Mendizbal para establecer definitivamente el

    liberalismo en Espaa crear una divisin interna entre

    los liberales exaltados, que a partir de este momento

    estarn escindidos internamente en dos bloques.

    Una vez aprobado el plan de Mendizbal, se comienzan a llevar a cabo las primeras medidas,

    decretndose la libertad de prensa y aprobndose la Desamortizacin, una va necesaria para

    conseguir dinero para el Estado y que ste utilizase esos ingresos para reforzar el ejrcito y as

    darle la vuelta a la bscula en el enfrentamiento con los carlistas. Sin duda alguna, los objetivos se

    logran pues el ejrcito isabelino comienza a vencer a los carlistas en los sucesivos

    enfrentamientos que mantienen y la situacin se va decantando a favor de la regente, que

    aprovecha la nueva situacin, mucho ms apacible, para destituir a Mendizbal, al que ya no

    necesitaba puesto que su hija estaba bien asegurada en el trono.

    Con lo que no contaba Mara Cristina es que una vez que renunci a contar con el apoyo liberal,

    estos liberales volvieran a convocar a sus seguidores y fomentasen nuevas oleadas

    insurreccionales que concluyeron en un pronunciamiento de los sargentos de La Granja que

    provoca la cada del Rgimen del Estatuto Real y el inicio de la Revolucin Liberal de 1836.

    Fig. 17 Retrato de Mara Cristina de Borbn-Dos Sicilias, madre de Isabel II y regente durante su

    minora de edad.