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Paisajes de la memoriaNorberto PUZZOLO

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TapaHoja 2, de la serie Elegía2008, fotografía copia LAMDA, 127 x 127 cm

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Norberto PUZZOLOPaisajes de la memoria

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Lauria, Adriana

Norberto Puzzolo : paisajes de la memoria . - 1a ed. - San Juan : Gobierno de la

Provincia de San Juan. Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson. , 2014.

60 p. ; 26x23 cm.

ISBN 978-987-98020-4-5

1. Catálogo de Arte. 2. Fotografías. I. Título

CDD 708

Fecha de catalogación: 22/07/2014

Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson San Juan, Argentina / julio de 2014

Los textos tienen copyright de los autores. Ninguna parte de los textos puede ser

reproducido en ningún medio sin la autorización del Museo Provincial de Bellas Artes

Franklin Rawson o los autores.

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5 Horizontes de Luz Virginia Agote 7 Norberto Puzzolo. Paisajes de la memoria. De Tucumán Arde a Paisajes residuales (1968-2013) Adriana Lauria

13 Obras

52 Cronología

57 Referencias Bibliográficas

58 Créditos y Agradecimientos

Indice

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Horizontes de luz

Desde el año 2008, nuestro Museo de Bellas Artes Franklin Rawson se ofrece como un prisma a través del cual el Festival de la Luz muestra aspectos diversos de la fotografía: sus múltiples posibilidades, sus constantes transformaciones, parte de su historia y las experiencias enriquecedoras que brinda a través de quienes la practican con oficio y pasión. Esta continuidad ha permitido que San Juan se convierta en subsede del Festival, permitiendo a nuestra provincia posicionarse en un lugar de suma importancia en el panorama nacional.

Este año, se encuentran los trabajos seleccionados de fotógrafos sanjuaninos, quienes han reflexionado sobre el concepto de Horizontes, en los que se vislumbra la diversidad técnica y temática que son capaces de conjugar a través de la imagen. Se destaca en esta edición el número creciente de trabajos presentados, que han sido elegidos con atenta mirada por la Directora Artística de los Encuentros Abiertos del Festival de la Luz, Silvia Mangialardi. Asimismo, los fotógrafos locales pudieron contar con su asesoría para la conformación de sus portfolios.

Podremos ver la obra del brasileño Pedro David, ganador del Premio Unión Latina-Martín Chambi de fotografía, con imágenes que suelen transitar los paisajes desde un aspecto sutilmente onírico.

También se podrá visitar la obra de Norberto Puzzolo, quien participó en la histórica muestra Tucumán Arde, que planteó la urgente necesidad de un especta-dor protagonista de su tiempo. En sus trabajos, persiste la preocupación por el individuo y su entorno, por las relaciones que somos capaces de establecer entre naturaleza, memoria y sociedad. Cabe destacar la labor de Adriana Lauria como curadora de esta muestra, que ha puesto de manifiesto la trama visual que propo-ne Puzzolo: fundamentalmente política, es una búsqueda irrenunciable que rein-venta las nociones de paisaje o retrato.

Las obras de todo el festival actualizan la idea de reflexión, en tanto fenómeno luminoso, y también como aquella operación de nuestra conciencia que nos permite mirar el mundo desde nuevos horizontes.

Virginia AgoteDirectora Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson

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Norberto PuzzoloPaisajes de la memoria

De Tucumán Arde a Paisajes residuales (1968-2013)

El manto brumoso del tiempo se levanta y, como en sueños, se divisan los cañaverales. Sumergidos en ellos, los changuitos -levemente distinguibles- se afanan en la cosecha. Sus exiguas fuerzas apenas alcanzan para llevar a cabo la tarea y, sin embargo, despliegan una asombrosa energía. El trabajo infantil se cierne como fantasmal fragmento de la imborra-ble experiencia que Norberto Puzzolo realizó junto a sus compañeros del Grupo de Vanguardia de Rosario. Aquel vertiginoso e intenso 1968 culminaría cuando, en noviem-bre, presentaron por primera vez en aquella ciudad Tucumán arde1, una obra conceptual y política cuyas características y objetivos rompieron los límites de lo que hasta ese momento podía considerarse como artístico. Acorde con las inquietudes de esa generación, que que-ría deshacerse del encorsetamiento de las instituciones artísticas y responder con sus accio-nes a las emergencias de su tiempo, estos jóvenes tenían como propósito montar un ope-rativo de contra-información que desenmascarara el ocultamiento gubernamental -entonces una de las tantas dictaduras militares que jalonaron nuestra historia del siglo XX- de la marginación social y económica que entonces vivían los sectores más desprotegidos de esa provincia, marcados por la desocupación y las pocas oportunidades que ofrecía un sistema que se basaba en el monocultivo de la caña de azúcar.

De esta manera, Puzzolo empezó a utilizar la fotografía. Se trataba de franquear venta-nas abiertas a la realidad y asirla con una grafía de luz. De aquí en más esta técnica se vol-vió central tanto en su quehacer profesional como creativo. De esos comienzos, rescató los negativos de las tres imágenes impresas para esta ocasión sobre soportes translúcidos, con

1 Tucumán Arde fue realizada por un colectivo integrado por artistas de Rosario, Buenos Aires y Santa Fe, que se proponía develar la crisis de Tucumán a raíz del cierre, por motivos especulativos, de varios ingenios azucare-ros. Recurrieron a la colaboración de la Central Gremial de Trabajadores de los Argentinos (CGTA), organización de combativa militancia peronista, en épocas en que este movimiento político y su líder estaban proscriptos. De su mano, artistas e intelectuales documentaron a través de fotografías, entrevistas, films y un exhaustivo trabajo de campo, la situación de miseria que sufría aquella población, con altos índices de trabajo y mortalidad infantil, desnutrición, analfabetismo, marginalidad, y la complicidad de los estamentos empresariales y gubernamentales. El resultado de esta investigación se tradujo en estrategias de promoción –campaña incógnita a través de pintadas callejeras, afiches, obleas autoadhesivas, etc.– para finalmente exhibirse en la sede rosarina de la CGTA en noviem-bre de 1968. Allí se ofrecieron los registros fotográficos y fílmicos, además de textos explicativos pintados a mano sobre precarios papeles, con una impronta ligada al grafiti político y un tono de frontal denuncia. Entre las acciones alusivas, se repartió entre los asistentes café amargo y cada dos minutos se producía un apagón de luces aludiendo a la frecuencia de la muerte de un niño. Reconocida hoy como una de las más radicales obras políticas de todos los tiempos, se presentó poco después en la CGTA de Buenos Aires y fue clausurada por las autoridades el mismo día de su inauguración. Participaron, entre otros, Aldo Bortolotti, Graciela Carnevale, Rodolfo Elizalde, Noemí Escandell, Eduardo Favario, León Ferrari, Emilio Ghilioni, María Teresa Gramuglio, Roberto Jacoby, Rubén Naranjo, Norberto Puzzolo, Juan Pablo Renzi, Nicolás Rosa y, en una primera etapa, Ricardo Carreira, Margarita Paksa, Pa-blo Suárez y Eduardo Ruano. Para ampliar ver Longoni, Ana y Mariano Mestman, Del Di Tella a “Tucumán Arde”, Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 2000, 146 y sig.

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la intención de sumirlas en una atmósfera evocativa que sirviera de prólogo a esta mues-tra, cuyo propósito es amalgamar un pasado heroico en lo estético y lo político con la obra más reciente del artista, para dar cuenta de un proceso que demuestra su coherencia ideo-lógica y estética.

En un 1968 henchido de aires transformadores, Puzzolo había señalado una posible “apertura” mediante su platea de sillas orientada hacia una vidriera que daba a la calle. Así, enfatizaba un tópico al que era impelido el arte por la emergencia de la hora: la misma realidad vital. Con esta obra, que inauguró el Ciclo de Arte Experimental en el mes de mayo2, exaltaba la reversibilidad paradójica entre los roles del observador y lo observado, poniendo a la gente y sus circunstancias no como meros contempladores, sino como acti-vos protagonistas. Pocos meses antes de la apertura de Tucumán arde, esta propuesta ini-ciaba el conjunto de acciones conducentes a la escalada innovadora que la agrupación concretaría en un breve e intenso lapso.

Puzzolo era un joven apenas salido de la adolescencia cuando estas experiencias templa-ron su convicción sobre el sello que la realidad debía imponer a la imagen, camino que lo llevó pocos años después a ejercer el periodismo gráfico. En esta tarea cubrió los aconteci-mientos signados por las luchas civiles de los convulsionados años setenta, época en que los antagonismos se expresaban por medios violentos3. Desde la platea de asientos plega-bles –los mismos que había utilizado hace cuarenta y seis años– hoy nos propone, mirar hacia aquel pasado, que desembocó en la horrorosa oscuridad de siete años de sojuzga-miento y muerte que sobrevino en el país luego del golpe de estado de marzo de 1976, cuya dictadura militar llevó adelante uno de los genocidios más atroces de nuestra historia. Frente a las sillas, entre el conjunto de imágenes periodísticas, y enfatizada por un tamaño que aspira a remedar la visión directa a través de una ventana, se destaca la fotografía de la vidriera baleada del Atentado al Bar Iberia (enero de 1974). Cercano a la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Rosario4, el bar era un punto de reunión de los gru-pos de izquierda. Tomada desde el interior, la imagen se centra en los orificios de los pro-yectiles; tras el cristal astillado se distingue –en la nebulosa del fuera de foco del segundo plano– un grupo de personas que observa el hecho y, a sus espaldas, los trazos del local donde el artista había instalado las sillas en aquel mítico 1968. Esta ventana, abierta seis años antes al mundo de los acontecimientos, devolvía una imagen con consecuencias no deseadas en relación con los sueños de cambio que la habían motivado.

Pero el tiempo y su perspectiva transforman las vivencias en recuerdo y las reiteradas remembranzas permiten pulir punzantes aristas y transformar sus duros contornos en meditación y homenaje. Es propicio entonces convocar aquellos dolores a través –otra vez– del prisma que nos provee la metáfora poética. Las fotografías de la serie Elegía,

2 Hito del arte de avanzada de la época fue organizado en Rosario por el Grupo de Vanguardia y auspiciado por el Instituto Torcuato Di Tella de Buenos Aires. La obra de Puzzolo consistió en una platea de asientos plegables de madera que el artista distribuyó mirando hacia la vidriera del local comercial en donde la instalación tuvo lugar. La pieza no tuvo título, se la conoce como “la obra de las sillas” y marcó el paso de la estética minimalista al arte conceptual en la práctica del artista y de sus compañeros.3 A comienzos de los años 70 Puzzolo trabajó para los periódicos Noticias y El Mundo, el primero vinculado a Montoneros y el segundo al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), agrupaciones político-guerrilleras que a partir de que Perón, en su tercera presidencia de 1973, optara por la más rancia derecha, pasaron a la clandestinidad. Los enfrentamientos, que implicaron atentados y combates armados, sumieron a la Argentina en una escalada de violencia.4 Hoy, Facultad de Humanidades y Artes.

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ahora desde la larga experiencia del artista que ha optado, ya hace tanto, retomar su prác-tica con la certeza de lo indelegable, nos conducen por el bosque de los sacrificios y com-ponen con sus hojas aprisionadas y flageladas un lírico lamento al compañero caído, al hermano ausente. Precisamente una “elegía” por la muerte caprichosa e inútil, generada por un desmadrado despliegue de fuerza abusiva y ciega que somete sin poder, empero, evitar la emanación de belleza y de gracia –puesta en escena sobre todo por el video–, que puede fluir cuando esas vidas son evocadas.

Este conjunto, al igual que Los humos y los otros y Paisajes residuales, también puede leerse, por su hincapié en connotar la vulnerabilidad, desde la perspectiva de la existencia individual, o bien, desde el marco que activa la conciencia ecológica y nuestras actuales relaciones con la naturaleza. Pero, como el artista recalca, es indudable que el contexto en que estas obras se presentan –aquí el resto de los trabajos que integran la muestra y el relato que trazan–, subraya la mirada dirigida a la historia protagonizada por la generación a la que Puzzolo pertenece y con la que su apuesta ideológica, creativa y emocional es solidaria.

Al igual que en la serie Cielitos argentinos5, realizada a partir de la crisis económica y política del 2001, y en la mencionada Elegía, los motivos de Los humos y los otros están tomados en los bosques de Timbúes, localidad a orillas del río Carcarañá cercana a Rosario.

Timbúes, donde el artista posee una casa de campo, es “su lugar en el mundo” y su pai-saje se ha convertido en el motivo central de estas series. De sus largas permanencias en este paraje, procede la melancólica belleza de Los humos y los otros, amplios panoramas de forestas umbrosas tapizadas por hojas, que brindan la experiencia del bosque en todo su esplendor, y cuyas tonalidades acentúan la nostálgica sensación de ruina de las piras humeantes. Sin embargo, en esos fuegos ahogados se vislumbra lo que aún no ha acaba-do, alertando sobre el peligro de que algún oculto rescoldo se avive y, descontrolado, abrace la foresta –nuestra casa, nuestro país, nuestro espacio vital. O quizás, simplemente, aluda a la pasión que, aunque debilitada, sigue dando señales de que no está extinta por completo.

Esta inflexión melancólica subsiste en Paisajes residuales, en los cuales aparece nueva-mente la naturaleza que caracteriza a Timbúes. Algunas piezas muestran las riberas de las oscuras aguas del río Carcarañá y, en vistas cercanas o lejanas, por momentos casi perdida en el follaje, aparece una silla plegable de madera, idéntica a las que integraban la platea con vista a la calle de la famosa instalación de 1968.

Existe una fotografía que documenta aquella obra donde aparece Eduardo Favario, compañero del Grupo de Vanguardia. De pie en la calle, tras la vidriera, forma parte del “paisaje real” que Puzzolo se proponía “enmarcar” a través de la maquinaria visual y con-

5 La serie Cielitos argentinos de 2002, tematiza la crisis económica e institucional que culminó con la caída del gobierno de Fernando de la Rúa en diciembre de 2001. Este conjunto marca los inicios de Puzzolo manipulando sus imágenes con técnicas digitales y también el empleo de las locaciones en Timbúes como escenarios principales de sus obras. En estas fotografías superpone fragmentos de toda clase de objetos deteriorados, a espectaculares crepúsculos, con la deliberada intención de “arruinar” la belleza de estos paisajes de la llanura santafesina para construir una metáfora de los difíciles momentos que vivía el país, a pesar de los dones naturales de la que su geografía está dotada. Ver Adriana Lauria “’El resto que queda tras la pérdida’: el arte fotográfico de Norberto Puzzolo”, en: VV. AA. Norberto Puzzolo, Rosario, Ediciones Castagnino/Macro, pp. 180-186.

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ceptual puesta en marcha por su instalación. En un ensayo reciente Rubén Chababo6 se refiere a esta imagen poniendo el acento en Favario –integrante del ERP que moriría en 1975 en un enfrentamiento armado–, en la premonitoria presencia del automóvil Falcon7 que se encuentra detrás y, sobre todo, en las sillas vacías que, como unidad operativa, marcan el lugar de los asistentes desde donde observar y participar en la obra.

La silla vacía no solo cuestiona los modos de producción del arte y sus relaciones con el espectador y las instituciones, característica de las estrategias creativas de fines de la déca-da del 60, sino que analizada desde el presente, tal como aparece en Paisajes residuales, puede ser leída como enunciado de las miles de ausencias provocadas por el sistemático plan de exterminio de la última dictadura militar. Pero además, este humildísimo mueble es un resto arqueológico –el título de la serie lo hace explícito– que da testimonio del paso del tiempo, y, a la vez, de la simultaneidad de tiempos en la historia de una vida y de una obra. Como en otras ocasiones el periplo creativo de Puzzolo va y viene de lo particular a lo general, de lo individual a lo social-colectivo. Rearma una narración, a partir del residuo de su propia producción histórica, que hoy ha cobrado tanta notoriedad y cuya demanda, a veces, desdibuja su trabajo posterior.

Como todas las obras de su etapa digital, los Paisajes residuales son el producto del ensamblado de innumerables tomas editadas cuidadosamente, volviendo invisibles las huellas del procedimiento. Desde Elegía Puzzolo se muestra preocupado por la verosimili-tud de la representación. Los Paisajes residuales –así como Los humos...– son el resultado del barrido sistemático en todas direcciones: decenas de disparos de la cámara se conjugan para capturar una extensión del motivo mayor de la que abarcaría una sola toma. El resul-tado –se intenta soslayar la espacialidad monocular de la fotografía tanto como las defor-maciones que provoca el gran angular– sumerge al espectador en el interior mismo del paisaje, compartiendo con el autor, lo más compresivamente posible, su propia experiencia.

En la concepción general de estos últimos trabajos, Puzzolo se inspira en la tradición pic-tórica del género sobre todo la de los paisajistas románticos, entre los que sobresale el ejemplo de Constable, tanto en la obsesión por detectar los cientos de verdes del follaje, el viraje hacia los azules por efecto de la humedad, así como por la inclinación a circunscribir-se a lugares conocidos, cercanos a los sentimientos y al derrotero autobiográfico8.

Como otros artistas contemporáneos9, se vale de la historia del arte, recreándola para conseguir una atmósfera que rodee y atraiga al espectador con un despliegue sublime,

6 Chababo, Rubén, “Norberto Puzzolo: antes y después del naufragio”, en VV. AA., Ibidem, pp. 113-1157 Modelo muy difundido en la época entre la clase media argentina, fabricado en el país por la empresa Ford, empleado habitualmente por el ejército, la policía y los grupos paramilitares en los operativos represivos de la década del 70.8 Un conjunto amplio de las pinturas de John Constable (1776-1837) retrata los distintos parajes campestres de East Bergholt, Suffolk, su región natal. Con estas obras consiguió desarrollar su estilo distintivo, tan admira-do por los franceses de la Escuela de Barbizon y los impresionistas. Cfr. Kauffmann, C. M. “Studies for ‘The Hay Wain’, by John Constable, 1821”, Victoria and Albert Museum, Londres, 1976-2006 [en línea] http://www.vam.ac.uk/content/articles/s/constables-studies-for-the-hay-wain/. Consultado: diciembre de 2012.9 Por ejemplo Beate Gütschow con su serie LS –abreviatura de Landschaft–, del 2000, en la que combina de manera digital fragmentos de fotografías analógicas para imitar el sistema de construcción de paisajes concebido por los pintores del siglo XVII y XVIII, siguiendo su esquema predefinido de ordenamiento de la realidad. En estos paisajes la artista desliza detalles que denotan lo contemporáneo a través de objetos o vestimentas. Cfr. Hubertus von Amelunxen, “The Narrative before the Image” [en línea], http://www.beateguetschow.net/texts.html. Con-sultado: octubre de 2012.

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capaz de impresionar y emocionar, además de proveer un refugio, un alivio a las solicita-ciones del diario trajinar. Pero la silla que, como las fogatas de Los humos..., es manifesta-ción de lo humano, pone en vilo al espectador por su vacío. Si en el paisaje romántico la aparición del hombre se veía empequeñecida ante la grandiosidad del espectáculo natural, aquí la disponibilidad de su lugar plantea un territorio de identificación, ya sea como ocu-pantes potenciales o posibles ausentes. Otra vez el contexto reconduce la interpretación de las obras, aunque su polisemia teja en una misma urdimbre los hilos de los sucesos colectivos con las tribulaciones existenciales del individuo.

Dentro del recorrido de estos Paisajes de la memoria, en los que Puzzolo puso en juego su compromiso dejando testimonio poético de su mapa de vida, el video que registra la instalación Evidencias (2010), especialmente realizada para el Museo de la Memoria de Rosario, da cuenta de una creación que se afana en señalar cómo forjar futuro intentando reparar las atrocidades de la historia argentina reciente. Está dedicada a la labor de las Abuelas de Plaza de Mayo en su infatigable búsqueda, representada por dos enormes rompecabezas contrapuestos: de un lado se organizan las piezas que consignan la genea-logía de los niños aún no ubicados, del otro las de aquellos recuperados. La obra tiene además una banda de sonido en la que, como en una letanía, una maestra pasa lista de la nómina de nietos y es respondida por voces infantiles. Como otros trabajos del artista, Evidencias sigue el derrotero de la realidad, porque cada año se transforma cuando las piezas migran en virtud de los hallazgos efectuados.

· · · · ·

No dejemos que ninguna solicitación física interrumpa nuestra meditación y descanse-mos el peso de nuestra existencia en el solitario asiento, permitiendo que nos invadan los frescos y umbrosos paisajes. Compartamos el gozo melancólico del bosque y el murmullo del río que golpea las orillas y corre fragoroso, a veces con fuerza intimidante. Atravesemos la neblina de los atardeceres en los humedales santafesinos, que con sus pla-teados velos resaltan el esplendor de una miríada de verdes. Pongamos atención al árbol que, convertido en columna de suplicio, interrumpe, conmoviéndonos, la visión de con-junto de sus congéneres. Luego, retomemos las imágenes del comienzo, aquellas de los años sesenta y setenta que marcaron el origen del drama, sin olvidar la lucha ni sus moti-vaciones, sostenidas por certezas amasadas en la necesidad imperiosa de conquistar liber-tades y derechos reiteradamente conculcados. Y como el precio pagado ha sido alto –aún humean los restos de los fuegos desatados por el furor– no olvidemos lo hasta aquí alcan-zado. Sirvámonos de estos paisajes que han adquirido densidad significativa como resulta-do de una particular reflexión y conciliación con el pasado, como espacio propicio, a la vez profundo y acogedor, para nuestro propio ejercicio de memoria.

Adriana LauriaCuradora

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Norberto Puzzolo Timbúes, provincia de Santa Fe, mayo de 2012

Fotografía de Silvina Salinas

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Obras

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Tucumán 19681968/2013, fotografía en blanco y negro sobre tela sintética translúcida, 150 x 200 cm

Tucumán 19681968/2013, fotografía en blanco y negro sobre tela sintética translúcida, 150 x 200 cm

Tucumán 19681968/2013, fotografía en blanco y negro sobre tela sintética translúcida, 150 x 200 cm

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15Vista de la exposición Paisajes de la Memoria, Sala PAyS, Parque de la Memoria, Buenos Aires, 2013.

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16Vista de la exposición Paisajes de la Memoria, Sala PAyS, Parque de la Memoria, Buenos Aires, 2013.

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Vista desde el exterior de instalación de las sillas, Ciclo de Arte Experimental, Rosario, mayo de 1968. Frente al local donde Puzzolo realizó la obra se ve a Eduardo Favario, Juan Pablo Renzi y al artista.

Vista desde el interior de instalación de las sillas, Ciclo de Arte Experimental, Rosario, mayo de 1968. Desde la calle mirando a través de la vidriera Eduardo Favario.

Inauguración de la instalación de las sillas de Puzzolo, Ciclo de Arte Experimental, Rosario, mayo de 1968. Desde el local de la exposición se ve el cartel lumino-so del Bar Iberia.

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Sobrevivientes de la masacre de Trelew en el Monumento a la Bandera de Rosario, 22 de agosto de 1973, fotografía blanco y negro, 34 x 50 cm

Ricardo René Haidar, Alberto Camps y María Antonia Berger, en un acto en el primer aniversario de la masacre de Trelew donde fueron fusilados otros 16 militantes. Tiempo después los tres serían muertos o desaparecidos. Detrás de ellos se distingue la figura de Constantino Razzetti, dirigente peronista, que sería asesinado el 14 de octubre de ese año.

Sobrevivientes de la masacre de Trelew en el Monumento a la Bandera de Rosario, 22 de agosto de 1973, fotografía blanco y negro, 49 x 71 cm

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Atentado al Bar Iberia, Rosario, enero 1974, Fotografía blanco y negro, 160 x 230 cm

Ya se había producido el intento de copamiento por guerrilleros del ERP de la uni-dad militar de Azul. Este bar, en las proximidades del la Facultad de Filosofía y Letras (UNR) estaba anatematizado como lugar de reunión de izquierdistas subversivos. Detrás del vidrio: las miradas, la indignación, la complicidad… A espaldas de la gente está el local donde en 1968 el Grupo de Arte de Vanguardia de Rosario comenzó el Ciclo de Arte Experimental con la instalación de las sillas de Puzzolo.

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Entierro del Dr. Constantino Razzetti, 14 de octubre de1973, fotografía blanco y negro, 49 x 71 cm

El intendente de Rosario, Rodolfo Ruggeri, junto al Gobernador de Santa Fe, Carlos Sylvestre Begnis –parado detrás de Ruggieri leyendo su discurso–, despiden los restos de quien fuera protagonista de la Comisión de Movilización durante la resistencia peronista y luego del Plenario de Unidades Básicas.

Entierro del Dr. Constantino Razzetti, 14 de octubre de1973, fotografía blanco y negro, 34 x 50 cm

Fue asesinado en Rosario en la madrugada de ese día, frente a la puerta de su casa y ante los ojos de su esposa, Nélida Gitrón y de su hijo Fernando Luis. Éste, junto a su hermano Carlos –inclaudicable luchador por el esclarecimiento del caso– llevan el féretro en el sepelio convertido en un acto militante. Dos días antes el General Perón había asumido su tercer mandato constitucional. El asesinato de este diri-gente histórico marca el inicio en Rosario de la violencia entre dos sectores del peronismo.

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Escrache al diario La Prensa, corresponsalía de Rosario, 6 de julio de 1974, fotografía blanco y negro, 71 x 49 cm

Escrache al diario La Prensa, corresponsalía de Rosario, 6 de julio de 1974, fotografía blanco y negro, 34 x 50 cm

Desde la calle se observan los daños provocados por el ataque de la Juventud Peronista. Habían partido de la Facultad de Filosofía y Letras (UNR), distante una cuadra, cantado la marcha peronista. Hacía dos días habían sepultado en Olivos al General Perón. El dia-rio La Prensa era un símbolo histórico del antiperonis-mo, reflejado en algunas crónicas aparecidas en este medio durante aquellos días.

Credencial de prensa del diario Noticias

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Bombas en la Sede de FORA, Villa Constitución; provincia de Santa Fe1 de agosto1974, fotografía blanco y negro, 71 x 49 cm

La Lista Marrón de la UOM de Villa Constitución, encabezada por Alberto Piccinini, que ganaría la seccional en noviembre de ese año, se reunía en la sede de la mítica Federación Obrera Regional Argentina (FORA). El local fue vola-do en la madrugada del día siguiente en el que la Triple A por primera vez firmó una acción: el asesinato en Buenos Aires del diputado Rodolfo Ortega Peña.

Aniversario de la muerte de Eva Perón, 26 de julio de 1973, fotografía blanco y negro, 34 x 50 cm

En cada aniversario de la muerte de Eva Perón, la militancia de la Juventud Peronista se expresaba en la calle Córdoba, arteria céntrica de la ciudad de Rosario, reivindicando su nombre y su accionar en la década del cincuenta, ade-más de expresar la disputa ideológica y política del momento.

Aniversario de la muerte de Eva Perón26 de julio de 1973, fotografía blanco y negro, 34 x 50 cm

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Atentados Operativo Lealtad11 de octubre de 1974, fotografía blanco y negro, 34 x 50 cm

Reclamo por el Comedor Universitario3 de abril de 1974, fotografía blanco y negro, 34 x 50 cm

Desde los hechos de Corrientes y Rosario de 1969, las movilizaciones en la calle por los comedores universitarios eran uno de los ejes de las luchas de los estu-diantes, las pintadas, las denuncias. Aquí una marcha frente al Rectorado de la Universidad Nacional de Rosario.

Atentados Operativo Lealtad 11 de octubre de 1974, fotografía blanco y negro, 34 x 50 cm.

Pocos días antes del 17 de octubre las calles de Rosario eran territorio de violencia, manifestaciones y testimo-nio de la disputa por apropiarse de la significación de la fecha emblemática del peronismo.

Credencial de prensa para el acto de recibimiento en Ezeiza del General Juan Domingo Perón, 1973

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Credencial de prensa del diario El Mundo

VI Congreso del FAS, Rosario15 de junio de 1974, fotografía blanco y negro, 34 x 50 cm.

El Frente Antiimperialista y por el Socialismo realizó en el club Tiro Federal, su VI Congreso Nacional. Miles de asistentes –familias ente-ras, jóvenes y niños– coparon la cancha y sus alrededores. Asistieron dirigentes de la talla de Agustín Tosco, Armando Jaime y Silvio Frondizi, este último asesinado por la triple A poco después.Horas antes en Córdoba se realizaban atentados contra la sede de Luz y Fuerza y los ómnibus que iban a traer militantes a Rosario.

VI Congreso del FAS, Rosario15 de junio de 1974, fotografía blanco y negro, 49 x 71 cm

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25Vista de la exposición Paisajes de la Memoria, Sala PAyS, Parque de la Memoria, Buenos Aires, 2013.

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Hoja 6, de la Serie Elegía2008, Fotografía copia LAMDA, 127 x 127 cm

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Hoja 4, de la serie Elegía2008, fotografía copia LAMDA, 127 x 127 cm

Hoja 3, de la serie Elegía2008, fotografía copia LAMDA, 127 x 127 cm

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Hoja 5, de la serie Elegía2008, fotografía copia LAMDA, 127 x 127 cm

Hoja 1, de la serie Elegía2008, fotografía copia LAMDA, 127 x 127 cm

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Hoja 7, de la serie Elegía2008, fotografía copia LAMDA, 127 x 127 cm

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Hoja 8, de la serie Elegía2008, fotografía copia LAMDA, 127 x 127 cm

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Hoja 9,de la serie Elegía

2008, fotografía copia LAMDA, 180 x 127 cm

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Hoja 11, de la serie Elegía2008, fotografía copia LAMDA, 127 x 127 cm

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Hoja 13, de la serie Elegía

2008, fotografía copia LAMDA, 180 x 127 cm

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Hoja 15, de la serie Elegía2008, fotografía copia LAMDA, 127 x 127 cm

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Elegía 2008, fotogramasVideo multimedia: 3’ 30’’Infografía y música original: Lisandro PuzzoloProyección en loop

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Los humos y los otros I2009, fotografía copia LAMDA, 127 x 291 cm

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Los humos y los otros V2009, fotografía copia LAMDA, 216 x 127 cm

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Paisaje residual I2012, fotografía impresión INKJET sobre papel Fine Art, 160 x 322 cm

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Paisaje residual II2012, fotografía impresión INKJET sobre papel Fine Art, 160 x 160 cm

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Paisaje residual V 2012, fotografía impresión INKJET sobre papel Fine Art, 160 x 160 cm

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Paisaje residual VII2012, fotografía impresión INKJET sobre papel Fine Art, 160 x 580 cm

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Paisaje residual XII2012, fotografía impresión INKJET sobrepapel Fine Art, 160 x 235 cm

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Paisaje residual XIII2012, fotografía impresión INKJET sobre papel Fine Art, 160 x 310 cm

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Paisaje residual IV2012, fotografía impresión INKJET sobre papel Fine Art, 160 x 160 cm

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Paisaje residual XIX2012, fotografía impresión INKJET sobre papel Fine Art, 160 x 200 cm

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Paisaje residual XX2012, fotografía impresión INKJET sobre papel Fine Art, 160 x 160 cm

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Evidencias,instalación, 2010, Museo de la Memoria de Rosario, Santa Fe

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Evidenciasinstalación, 2010, Museo de la Memoria de Rosario, Santa Fe

Fotografía de Guillermo Turin

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Evidencias2013, fotogramas video documental de la instalación (2010), Museo de la Memoria de Rosario, Santa FeDuración: 35’ 40” (imágenes: 5’ 50”)Banda sonora: Lisandro Puzzolo

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50Vista de la exposición Paisajes de la memoria, Sala PAyS, Parque de la Memoria, Buenos Aires, 2013.

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1948-1964

Nace en Rosario el 26 de julio de 1948. Con sólo 15 años empie-za a tomar clases de dibujo y pintura en el taller de Juan Grela, que junto al pintor Anselmo Piccoli, se constituye en uno de sus principa-les referentes artísticos.

1966

En 1966 realiza dos muestras colectivas, una en la Galería Carrillo de Rosario y otra junto a los artistas del taller de Juan Grela, en la Galería El Taller. Por entonces se suma al Grupo de Vanguardia de Rosario, integrado entre otros por Eduardo Favario, Juan Pablo Renzi, Noemí Escandell, Graciela Carnevale, Aldo Bortolotti, Rubén Naranjo, Lía Maisonave y Osvaldo Boglione. Las acciones de este colectivo plan-tean la renovación de los lenguajes artísticos y la ruptura con las instituciones.

1967

Cronología Norberto Puzzolo

En septiembre el Instituto Di Tella organiza la Semana del Arte Avanzado en la Argentina. El Grupo de Vanguardia de Rosario adquiere notoriedad con la exposición Rosario 67, inaugurada en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, además de formar parte de Estructuras Primarias II, realizada en la Sociedad Hebraica Argentina. En ambas Puzzolo muestra construcciones minimalistas.

En noviembre integra la muestra colectiva OPNI (Objeto Pequeño No Identificado) que el grupo presenta en la Galería Quartier de Rosario, y en la que cuestiona la mera visualidad por medio de obras antiformalistas de corte conceptual. En diciembre se inaugura en Mar del Plata El arte por el aire, para la que Puzzolo concibe La línea, obra realizada en el marco de la instalación Situación, con la que afir-ma su giro hacia el arte conceptual. Interviene en Pintura actual de Rosario, exhibición de la colección de Isidoro Slullitel en el Museo Castagnino de Rosario, que luego va al Museo Rosa Galisteo de Rodríguez de Santa Fe.

1968

Ciertas manifestaciones artísticas de Rosario y Buenos Aires trazan un vínculo entre arte y política, del que el Ciclo de Arte Experimental es un hito. En mayo se inaugura la primera de sus muestras a cargo de Puzzolo, quien presenta un conjunto de sillas iguales, alineadas como una platea de cine y orientadas hacia una vidriera que mira a la calle.

La convocatoria del Premio Braque es otro mojón en este agitado año. La Embajada francesa había modificado el reglamento del certa-men impidiendo la entrada de propuestas cuestionadoras de sus pau-tas. Un grupo de artistas de Buenos Aires se abstiene de participar y repudia esta actitud con cartas y acciones. El Grupo de Rosario impri-me y reparte un manifiesto titulado Siempre es tiempo de no ser cómplices, en el que declaran su oposición a este reglamento y pre-anuncian su decisión de romper con las instituciones artísticas, lo que concretan con el Asalto a la conferencia de Romero Brest. Este críti-co, director del Centro de Artes Visuales del Instituto Di Tella y princi-pal promotor de las nuevas tendencias, es interrumpido el 12 de julio mientras disertaba en la Asociación Amigos del Arte de Rosario.

A estos hechos le sucede la obra colectiva de denuncia Tucumán Arde, producida por artistas de Rosario, Buenos Aires y Santa Fe.

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Puzzolo es uno de los activos autores del que hoy es considerado uno de los operativos estéticos emblemáticos del arte de avanzada del siglo XX, objeto de numerosos estudios y proyectos curatoriales, nacionales e internacionales.

1969-1983

Suspende por un tiempo su producción artística. A mediados de los años 70 profesionaliza el uso de la fotografía, expandiendo sus com-petencias. Como testimonio de esa época convulsionada por violen-tos enfrentamientos políticos, quedan sus imágenes capturadas como reportero gráfico.

En 1975 presenta una exposición individual en la Galería Krass Artes Gráficas, compuesta por retratos de notables artistas rosarinos: Grela, Piccoli, Vanzo, Ouvrard y Cochet, entre otros. En 1981 se reitera la invitación de Krass para mostrar Los pintores de mi archivo, cons-tituida por las fotografías de los artistas que hasta entonces había realizado.

1984

En septiembre se inaugura 1966/68 arte de vanguardia en Rosario, gran muestra organizada por Artistas Plásticos Asociados (APA) en el Museo Castagnino de Rosario, a la que Puzzolo es invitado junto a sus ex compañeros del Grupo de Vanguardia. La propuesta involucra la presentación de documentación, obras originales y reconstruidas de los años 60, más tres jornadas abiertas al público coordinadas por el historiador de arte Guillermo Fantoni. Los organizadores sostienen la necesidad de “presentar lo realizado en una época relativamente

cercana e insuficientemente conocida por las nuevas generaciones”, además de abordar el pasado vanguardista “despojados de una visión nostálgica y apologética”. Allí se muestra, entre otras, la polé-mica pieza de Puzzolo La línea.

En noviembre inaugura una muestra individual en la Galería Miró Rosario, espacio que desarrolla una importante actividad durante la primera etapa post-dictatorial, donde exhibe la serie Nunca más.

1985-1986

En septiembre de 1985 inaugura su individual A partir de la fotogra-fía en el Museo Castagnino de Rosario, con trabajos de 1983 a 1985, sobre los que Nicolás Rosa escribe un texto teórico. Al año siguiente exhibe nuevamente en la Galería Krass.

1987-1992

Luego de realizar obras que remitían a un pasado reciente, por medio de elementos de su personal iconografía como la cruz y las manos, Puzzolo rescata el género de la naturaleza muerta, elaborado a partir de una imagen secuencial de objetos fotografiados, interferidos por la sombra del artista.

En 1987 presenta una muestra individual y dos colectivas en el Museo Municipal de Arte Decorativo Firma y Odilio Estévez, Rosario. Al año siguiente expone en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, Santa Fe. En 1989 participa en dos exhibiciones grupales: una en la Galería Brita Prinz, en sus sedes de Madrid y Burgos, y otra en el Museo Estévez de Rosario. En 1991 y 1992 expone en dos colec-tivas: en el Commerzbank de Frankfurt y en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, respectivamente.

1993

Durante septiembre y octubre, el Centro Cultural Parque de España

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de Rosario realiza una retrospectiva de los últimos diez años de su obra fotográfica. El conjunto exhibido repara en la expresión inti-mista y en íconos de identidad como las manos y el rostro. Eleonora Traficante señala en el catálogo que “Detrás de la fotografía es posi-ble vislumbrar otra fotografía”. Vuelve a participar en Imágenes de fotógrafos e ilustradores argentinos del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

1995

Interviene en dos exposiciones grupales: El objeto de los 90 en el Museo Castagnino, Rosario y Fotógrafos santafesinos hoy, organi-zada por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe. La primera, curada por Fernando Farina, forma parte de un período de apertura al arte contemporáneo iniciado por entonces en Rosario.

1996-1999

Durante esta etapa Puzzolo tiene activa presencia en exposiciones y ensayos historiográficos que se realizan sobre las vanguardias de los 60 y Tucumán Arde. Se destacan: Arte de Acción en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires; Global Conceptualism: Points of Origin. 1950s-1980s en el Queens Museum of Art de New York y En medio de los medios en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.

2000

Realiza una muestra personal en la sala Trillas del Teatro El Círculo de Rosario y participa de varias colectivas: Dos fotógrafos argentinos en Schneider Gallery de Chicago; Fotógrafos y pintores de siglo XXI, iti-nerante organizada por el Museo Nacional de Bellas Artes; Crossing the Line en el Art Institute of Chicago; Colección de arte contem-poráneo de Rosario en el Museo Castagnino de Rosario y Ausencias y presencias-XI Encuentros Abiertos de Fotografía en la Alianza Francesa de Buenos Aires.

2001

En julio presenta Obra fotográfica reciente en la Alianza Francesa de Buenos Aires. Para esta muestra personal explora como soportes los papeles emulsionados que le permiten alterar al referente, procedimien-to fundamental en su trabajo. La Fotogalería del Teatro San Martín de Buenos Aires organiza una retrospectiva y el Museo Nacional de Bellas Artes le otorga el premio Leonardo por su trayectoria en la fotografía.

2002

Lleva a cabo dos muestras individuales: una en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, Santa Fe y otra en la galería Arte x Arte de Buenos Aires. Participa en dos colectivas en el Museo Nacional de Bellas Artes: Imaginación y cultura del siglo XX: la fotografía y El arte de la fotografía: Argentina 1990/2003. Recibe el Premio Konex, Diploma al Mérito en Fotografía.

2003

Realiza una exposición individual en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. En el catálogo Fernando Farina señala: “Toda su obra se enmarca en una dimensión ética, acaso con la misma con-vicción reveladora de aquellas imágenes de Tucumán, con la misma búsqueda de una razón para el arte”.

2004

Se hace una exposición antológica de su recorrido creativo en el Museo Castagnino de Rosario, que incluye la publicación de un catá-logo-libro con un ensayo de Nicolás Rosa. Está presente en varias colectivas: La sociedad de los artistas. Historias y debates de Rosario, en el Museo Castagnino, Rosario; El paisaje en la colección fotográ-fica del MNBA, en el Museo Nacional de Bellas Artes y Nunca Más/Never Again, en Natalie and James Thompson Gallery, San José State University de Estados Unidos.

2005

Realiza la muestra Caras y relatos de la cultura en el Museo Diario La Capital de Rosario, e integra: Evasión y realidad en la Colección Fotográfica del MNBA en el Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires; 258/20, dos décadas de Fotogalería, en la Fotogalería del Teatro San Martín de Buenos Aires; El sutil vértigo de la ima-gen en el Centro Cultural Parque de España de Rosario; Argentina: bajo la línea del horizonte. De cara al río, Estudio Abierto Puerto 2005, Buenos Aires; A 30 años del golpe-Universidad y Derechos Humanos, en la sede de Gobierno de la Universidad Nacional de Rosario, y Macro en Recoleta. Un cruce de miradas, en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires.

2006-2008

En 2006 monta la instalación Primero como tragedia, segundo como comedia, en el complejo Cultura Pasajera de Rosario. En 2007 par-ticipa en Corpolíticas/Body Politics en las Américas, en el Centro

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Cultural Recoleta. En 2008 presenta la instalación multimedia Elegía en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC) de Rosario, con la colaboración de Lisandro Puzzolo. Recibe el Premio “Ernesto B. Rodríguez a la trayectoria de un fotógrafo”, de la Asociación Argentina de Críticos de Arte, y se desempeña como curador de la muestra La mirada ubicua, en la Fundación OSDE de Rosario.

2009

En octubre inaugura su exposición individual El devenir de la mirada, en el Centro Cultural Parque de España, Rosario. Se incluyen distintos momentos de su producción y materiales rara vez mostrados, como sus fotografías periodísticas de los años 70.

2010

Realiza la instalación permanente Evidencias en el patio interior del Museo de la Memoria de Rosario, en la que aborda el tema de la búsqueda y restitución de nietos por parte de las Abuelas de Plaza de Mayo. Participa en la colectiva Viejas Emergencias, en el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro), y organiza la exposición La mirada de los otros en el CEC.

2011-2012

En la Galería 11 x 7 de Buenos Aires, presenta Experiencias y estruc-turas de los 60. Participa de las muestras colectivas: Arte de Santa Fe, en el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez de Santa Fe, en el Museo Castagnino de Rosario y el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, y en #Espacio, en el Macro. En 2012 Viejas emergencias se presenta en el Fondo Nacional de las Artes de Buenos Aires. Desde ese año participa en Arte BA representado por Henrique Faria Fine Art.

2013

Presenta Paisajes de la Memoria en el Parque de la Memoria-Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado de Buenos Aires. Ediciones Castagnino/Macro publica Norberto Puzzolo, libro dedi-cado al análisis de su producción, con textos de Ana Longoni, María Elena Lucero, Rubén Chababo, Rodrigo Alonso, Adriana Lauria, Eleonora Traficante, Nicolás Rosa y Nancy Rojas. Participa de 30 año–3 miradas. Puzzolo, Glusman, Ostera, en el Museo Castagnino de Rosario, muestra en conmemoración del aniversario de la empre-sa Fundar, para la que elabora monumentales retratos de obreros de la construcción.

2014

Su obra minimalista Pirámide virtual con visión exterior e interior (1967) integra la exposición internacional Other Primary Structures en The Jewish Museum of New York. Junto a Carlos Ginzbug, Leandro Katz y Leopoldo Maler participa en Viajes, desplazamien-tos, paisajes, muestra realizada en Henrique Faria Fine Art de Buenos Aires, en la que presenta fotografías analógicas de los años 70. Como parte del Festival de la Luz, una nueva versión de Paisajes de la Memoria se inaugura el 31 de julio en el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, San Juan.

* Esta cronología es una versión sintetizada y actualizada de la elaborada por Nancy

Rojas para el libro Norberto Puzzolo, Rosario, Ediciones Castagnino/macro, 2013, pp.

246-255.

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Referencias Bibliográficas Selección

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Staff Museo Franklin Rawson

Dirección Virginia Agote

Producción Natalia Segurado

Educación María Elena Mariel / Natalia Quiroga

Investigación Emanuel Díaz Ruiz

Comunicación Ina Estévez

Diseño Ana Giménez

Administración Carmen Pereyra

Conservación Guillermo Guevara / Facundo González

Montaje Daniel Orellano / Ariel Aballay / Leonardo Arias

Asistente de dirección Melisa Gil

Recepción Néstor Sánchez Tejada / Graciela Calvo

Tienda Mercedes Cardozo

Guías Eliana Femenía / Rocío Pérez / Carla Monguilner

Orientadores de Sala Natalia Molina / Paola Alaimo / Daniela Morón

/ Natalia Molina / Ayelen Salinas / Pablo Sayres / Carla Raschella /

Lorena Figueroa / Belen Vilanova / Florencia Echenique / Gabriela

Ruiz / Joel Salinas

Mantenimiento Gerardo De los Ríos

Norberto Puzzolo · Paisajes de la memoria

Exposición realizada de agosto a septiembre de 2014

en el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson.

Curaduría Adriana Lauria

Libro Catálogo

Dirección y Producción

Virginia Agote

Texto general e Investigación

Adriana Lauria

Co-producción

Natalia Segurado

Diseño Gráfico

Ana Giménez

Fotocromía e Impresión

Imprenta 2.0

AgradecimientosAdriana Lauria

Norberto Puzzolo

Parque de la Memoria- Monumento a las Víctimas

del Terrorismo de Estado de Buenos Aires

Enrique Llambías

Lisandro Puzzolo

Rubén Chababo

Silvina Dezorzi

Guillermo Turin

Silvia Salinas

Créditos y Agradecimientos

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Autoridades Gobierno de San Juan

Gobernador

Ing. José Luis Gioja

Vicegobernador

Dr. Sergio Mauricio Uñac

Ministro de Turismo y Cultura

D. Dante Raúl Elizondo

Secretaria de Cultura

Arq. Zulma Virginia Invernizzi

Dir. Museo Prov. de Bellas Artes Franklin Rawson

Prof. Virginia Agote

Museo Provincial de Bellas Artes Franklin RawsonAv. Libertador Gral. San Martín 862 oeste, San Juan, Argentina+54 (264) 4200598 / 420 [email protected] / www.museofranklinrawson.org

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